Compartir es Crecer
Había una vez una niña llamada Lucía, a quien le encantaba jugar con sus juguetes. Tenía muñecas, peluches y juegos de mesa que disfrutaba mucho, pero nunca los compartía con nadie más.
Un día, mientras jugaba sola en el parque, se acercó su amiga Belén. "Hola Lucía", dijo Belén. "¿Puedo jugar contigo?"Lucía dudó un momento, pero luego decidió que sería divertido tener compañía para jugar.
Así que le ofreció uno de sus juegos de mesa y comenzaron a jugar juntas. Pero pronto llegaron otros niños del parque y también querían unirse al juego. Lucía se sintió incómoda compartiendo sus cosas con tantas personas desconocidas y les dijo que no podían jugar con ella.
Belén notó la tristeza en el rostro de su amiga y decidió hacer algo al respecto. Se acercó a los demás niños y les preguntó si tenían algún juguete para compartir entre todos. "Yo tengo una pelota", dijo uno.
"Yo tengo un frisbee", dijo otro. "Y yo tengo unas cartas", agregó otro más. Belén juntó todos los juguetes y los llevó hacia donde estaba Lucía. "Mira lo que encontré", dijo sonriendo.
Lucia se sorprendió al ver todo lo que habían conseguido juntos y aceptó compartir sus juguetes también. Todos se divirtieron mucho ese día en el parque, aprendiendo a compartir entre amigos nuevos y viejos.
Desde entonces, Lucía entendió lo importante que era compartir con otros niños e incluso empezó a llevar algunos de sus juguetes al colegio para compartir con sus compañeritos. Y así, todos se volvieron más amigos y felices gracias a la generosidad de Belén.
"Gracias Belén, no sé qué haría sin ti", dijo Lucía. "De nada amiga, siempre estoy aquí para ayudarte", respondió Belén sonriendo.
FIN.