Compartir es Divertido



Lian y Nahitan eran dos hermanos mellizos que vivían en una casa muy grande. A pesar de ser iguales en muchos aspectos, había algo que los diferenciaba: no querían compartir nada con nadie, ni siquiera con su hermano Thiago.

Un día, mientras jugaban juntos en el jardín, apareció su papá con una caja llena de juguetes nuevos y brillantes. Lian y Nahitan se emocionaron muchísimo al verlos y corrieron hacia la caja para tomar uno cada uno.

"Paren un momento", dijo su papá. "¿Qué pasaría si intentamos compartir estos juguetes? Podrían divertirse más juntos". Lian y Nahitan fruncieron el ceño. Compartir no era algo que les gustara hacer.

Pero su papá insistió e hizo que los tres jugaran juntos con los distintos juguetes.

Al principio fue difícil para Lian y Nahitan acostumbrarse a la idea de compartir sus cosas, pero luego se dieron cuenta de que podían tener aún más diversión cuando compartían las cosas entre ellos. Thiago también estaba feliz porque finalmente podía jugar con sus hermanos sin sentirse excluido.

Con el tiempo, Lian y Nahitan aprendieron a compartir mejor no solo sus juguetes sino también otras cosas como la comida o incluso momentos especiales con amigos y familiares. Se dieron cuenta de que compartiendo tenían mucho más por ganar.

Desde ese día en adelante, Lian y Nahitan disfrutaron mucho más su tiempo juntos gracias a la enseñanza de su padre sobre la importancia del compartir. "¡Miren chicos! Este es mi nuevo auto"-dijo Lian, mostrando su juguete. "¡Qué bueno Lian! ¿Podemos jugar con él?"-preguntó Thiago.

Lian y Nahitan se miraron, pero en vez de decir que no, le pasaron el auto a Thiago y empezaron a jugar juntos.

FIN.

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