Confiar en la calma


Había una vez en un instituto muy especial, donde los exámenes eran temidos por todos los alumnos.

En particular, había un niño llamado Juanito que sufría de mucho estrés cada vez que se acercaba la fecha de algún examen importante. Un día, el profesor de historia anunció que habría un examen sorpresa al día siguiente. Juanito estaba tan nervioso que apenas pudo dormir esa noche.

Se levantó temprano, desayunó rápidamente y corrió hacia el colegio con el corazón latiéndole a mil por hora. Al llegar al aula, el profesor les entregó las hojas del examen y todos los alumnos comenzaron a trabajar en silencio. Juanito sentía que su cabeza iba a explotar de tanta presión.

Miraba la hoja en blanco sin saber por dónde empezar. Pasaron unos minutos y Juanito seguía bloqueado. De repente, escuchó una vocecita susurrándole al oído:"Tranquilo Juanito, tú puedes hacerlo.

"Juanito se dio vuelta sorprendido y vio a un hada diminuta parada sobre su hombro. Ella le sonreía con ternura y le transmitía una sensación de calma. "¿Quién eres tú?", preguntó Juanito asombrado. "Soy tu hada madrina", respondió ella con dulzura.

"Estoy aquí para recordarte lo inteligente y capaz que eres. "Con las palabras reconfortantes del hada madrina resonando en su mente, Juanito empezó a escribir con confianza todas las respuestas del examen. Para su sorpresa, todo fluía naturalmente y se sentía más relajado que nunca.

Al terminar el tiempo asignado, el profesor recogió los exámenes y les dijo a los alumnos que podrían ver sus notas al día siguiente.

Juanito salió del aula sintiéndose satisfecho consigo mismo gracias al apoyo inesperado de su hada madrina. Al día siguiente, cuando el profesor entregó las notas, todos los alumnos estaban ansiosos por saber cómo les fue en el examen sorpresa.

Cuando llegó el turno de Juanito, no podía creer lo que veían sus ojos: ¡había sacado la mejor nota de toda la clase! Desde ese día, Juanito supo que siempre tenía dentro de sí mismo la fuerza para superar cualquier desafío si confiaba en sus habilidades y mantenía la calma en momentos de presión.

Y así siguió adelante en su camino escolar, recordando siempre la valiosa lección aprendida junto a su hada madrina. Y colorín colorado este cuento ha terminado; espero haber entretenido tu corazón como narrador mágico durante unos momentos encantados.

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