Constanza y el Misterio de los Mejores Calificaciones
Constanza Hernández era una niña de 7 años con una gran sonrisa y una curiosidad que no tenía fin. Desde que comenzó su primer año en el colegio, en Santiago de Chile, todos la conocían por ser la más aplicada de la clase. A final de año, recibió un premio por haber obtenido las mejores calificaciones de su curso. La maestra, la señorita María, le entregó un hermoso diploma que decía: 'Constanza Hernández, la Estudiante del Año'.
- ¡Felicidades, Constanza! - le dijeron sus compañeros, llenos de admiración.
- Gracias, chicos. Pero no fue fácil - respondió Constanza, con una sonrisa modesta.
Lo que nadie sabía es que Constanza tenía un pequeño secreto. Todas las noches, antes de irse a dormir, se sentaba a leer cuentos de aventuras. A través de ellos, soñaba en grande y exploraba mundos lejanos. Sin embargo, había algo más: cada día, pasaba un rato con su abuelita Ana, quien siempre tenía una historia fascinante que contar.
Una tarde, mientras le contaba una historia sobre un rey que necesitaba resolver un misterio, Constanza sintió que algo raro estaba pasando.
- Abuela, ¿y si algún día yo también tuviera que resolver un misterio? - preguntó con los ojos brillantes.
- Por supuesto, mi niña. El mundo está lleno de misterios esperando ser resueltos. Puedes ser una gran detective si quieres - le dijo su abuela, guiñándole un ojo.
Intrigada por la idea, Constanza decidió que, además de estudiar, sería detective en su tiempo libre.
Al comienzo del año escolar siguiente, un nuevo desafío la esperaba. Su maestra anunció un concurso de la clase:
- Este año, vamos a realizar un proyecto especial. Cada niño deberá investigar un tema y presentarlo al resto de la clase. El mejor proyecto será recompensado con una excursión al zoológico. -
Las palabras "excursión al zoológico" llenaron a todos de entusiasmo.
- ¡Yo quiero participar! - exclamó un niño llamado Felipe, quien siempre había sido competitivo.
- Yo también - agregó Constanza, decidida a dar lo mejor de sí misma.
Constanza decidió investigar sobre los animales en peligro de extinción. Pasó varios días en la biblioteca, leyendo libros y buscando información. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que Felipe había elegido el mismo tema.
- ¡Esto no puede ser! - pensó. - ¡Tengo que hacer algo diferente!
Así que decidió agregar un toque especial a su proyecto. En lugar de simplemente hablar sobre los animales, decidió contactar a un refugio de animales y preguntar si podía visitarles y hacer algunas entrevistas.
Con el apoyo de su abuelita, Constanza logró coordinar una visita al refugio. Allí, conoció a una gran variedad de animales, desde un puma hasta unos adorables zorros. Ella preguntó:
- ¿Por qué son importantes estos animales para el ecosistema?
La cuidadora del refugio explicó:
- Cada especie tiene un papel que desempeñar. Si desaparecen, el equilibrio de la naturaleza se rompe. -
Constanza tomó notas cuidadosamente, emocionada por todo lo que estaba aprendiendo. Cuando llegó el día de las presentaciones, estaba lista para impresionar a sus compañeros.
- Hoy les hablaré sobre los animales en peligro de extinción y lo que podemos hacer para ayudarles - comenzó con seguridad.
Mientras presentaba, Felipe la miraba con los ojos abiertos de par en par. Ella habló sobre cómo algunos animalitos estaban aislados y necesitaban nuestra ayuda. A medida que avanzaba, podía ver que sus compañeros estaban muy interesados.
- ¡Qué gran idea, Constanza! - exclamó uno de sus amigos al final de su presentación.
- Sí, ¡tenemos que tarear por esos animales! - agregó otra niña.
Al final del día, la señorita María anunció al ganador:
- Y el proyecto del año, que ganó la excursión al zoológico, es… ¡Constanza! -
Constanza se llenó de alegría y abrazó a su abuela, quien estaba en la audiencia.
- Lo lograste, mi pequeña detective - le dijo Ana, con lágrimas de orgullo en los ojos.
Felipe, aunque un poco decepcionado, se acercó a Constanza y dijo:
- Felicitaciones, Constanza. Tu proyecto fue increíble. Prometo que la próxima vez, escogeré otro tema. -
Constanza sonrió y respondió,
- Gracias, Felipe. ¡Juntos podemos aprender más sobre los animales!
Esa excursión fue memorable, y no solo porque Constanza ganó. Al final del día, todos aprendieron a ayudar a los animales y a cuidar el planeta. Y lo más importante, Constanza descubrió que vivir aventuras y aprender algo nuevo era el mejor misterio que podía resolver.
Desde aquel entonces, siempre recordaba las palabras de su abuelita:
- La curiosidad es la llave a un mundo lleno de maravillas, y cada día es una nueva oportunidad para descubrirlo.
Así, con su diploma en mano y el corazón lleno de sueños, Constanza sabía que no solo era una excelente estudiante, sino también una detective en formación.
FIN.