Contra el ciberbullying



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegría, donde vivían muchos niños felices y juguetones. Entre ellos se encontraban Martina y Tomás, dos amigos inseparables que compartían todo juntos.

Un día, Martina recibió un mensaje muy desagradable en su teléfono celular. Era de alguien desconocido que la insultaba y la criticaba sin razón alguna. Martina se sintió muy triste y asustada, no entendía por qué alguien quería hacerle daño de esa manera.

Ella decidió contarle a Tomás lo que estaba pasando, y juntos buscaron ayuda en sus padres.

Los adultos los escucharon atentamente y les explicaron que lo que estaban viviendo era ciberbullying, una forma de acoso a través de las redes sociales o mensajes digitales. "No te preocupes, Martina. Vamos a encontrar una solución juntos", dijo Tomás con determinación. Los padres de Martina y Tomás decidieron hablar con la directora de la escuela para abordar el problema del ciberbullying.

La directora organizó charlas educativas sobre el buen uso de internet y las redes sociales, e instauró medidas disciplinarias para quienes tuvieran comportamientos inapropiados en línea.

Poco a poco, gracias a la colaboración de todos, se logró identificar al responsable del ciberbullying hacia Martina. Resultó ser un niño que también necesitaba ayuda y comprensión. Los padres y la directora intervinieron para brindarle apoyo y orientación.

Con el tiempo, el niño comprendió el daño que había causado con sus acciones y se disculpó sinceramente con Martina. Ella aceptó sus disculpas con valentía y generosidad, demostrando así que el perdón es parte importante del proceso de sanación.

"Gracias por ayudarme a superar esta situación tan difícil", le dijo Martina a Tomás mientras caminaban juntos hacia casa. "Siempre estaré aquí para ti, amiga. Juntos podemos enfrentar cualquier desafío", respondió Tomás con una sonrisa sincera.

Desde ese día, Martina y Tomás aprendieron la importancia de comunicarse abierta y honestamente sobre sus problemas, así como la necesidad de trabajar en equipo para superar cualquier adversidad. Su amistad se fortaleció aún más gracias a esta experiencia compartida, recordándoles siempre que juntos pueden lograr grandes cosas cuando se apoyan mutuamente.

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero su mensaje queda grabado: ante el ciberbullying ¡nunca te quedes callado!

FIN.

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