Controlando la ansiedad juntas
Valentina era una niña muy inteligente y responsable. Siempre estaba preocupada por todo lo que pasaba a su alrededor, desde las tareas del colegio hasta el bienestar de su familia y amigos.
A menudo se sentía abrumada por todas estas preocupaciones y no podía relajarse. Un día, Valentina decidió hablar con su mamá sobre sus preocupaciones constantes. "Mamá, siempre estoy pensando en todo lo que tengo que hacer y me cuesta mucho dormir por las noches.
¿Qué puedo hacer para estar más tranquila?"- preguntó Valentina.
Su mamá la escuchó atentamente y le dijo:"Valentina, es normal sentirse un poco nervioso o ansioso a veces, pero es importante aprender a controlar esos sentimientos para poder disfrutar de la vida.
¿Qué te parece si hacemos juntas una lista de cosas que te ayuden a relajarte?"Valentina asintió con la cabeza y ella y su mamá empezaron a anotar ideas en un papel: leer un libro interesante, escuchar música suave, hacer ejercicios de respiración profunda o meditación. Al principio, Valentina encontró difícil seguir estos consejos. Pero poco a poco fue aprendiendo cómo incorporarlos en su vida diaria.
Una tarde después del colegio, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Valentina recordó los ejercicios de respiración profunda que había aprendido. Se sentó en una banca sola durante unos minutos para concentrarse en su respiración y pronto se sintió más calmada.
Otra vez cuando estaba estudiando para un examen difícil, decidió tomar un descanso para leer uno de sus libros favoritos antes de continuar estudiando. Al final, se sintió más concentrada y productiva. Valentina también aprendió que a veces era importante hablar con alguien sobre sus preocupaciones.
Habló con su mamá o con su maestra en el colegio cuando necesitaba ayuda para resolver algo que la estaba molestando.
Con el tiempo, Valentina se dio cuenta de que podía controlar sus sentimientos de ansiedad y preocupación al incorporar estas técnicas en su vida diaria. Ahora podía disfrutar mejor de las cosas simples de la vida sin sentirse abrumada por todas sus preocupaciones. Y así, Valentina aprendió a estar tranquila y a disfrutar del momento presente.
FIN.