Coraline y el valor de lo auténtico
En una pequeña ciudad de Argentina, Coraline y sus padres se mudaron a una antigua casa de dos pisos. La casa era tan grande que Coraline se sentía un poco perdida al principio.
Pero lo que más llamó su atención fue una puerta secreta en el salón principal. Un día, mientras exploraba la casa, Coraline descubrió que la puerta secreta la llevaba a otro mundo.
Al abrir la puerta, vio a unos padres idénticos a los suyos, pero con algunas diferencias: eran más amables, siempre estaban dispuestos a jugar con ella y le preparaban comidas deliciosas. Coraline se emocionó al principio y pasaba horas jugando en el otro mundo con sus —"nuevos" padres.
Pero pronto comenzó a notar cosas extrañas: los ojos de sus padres brillaban de manera inusual y parecían querer retenerla allí para siempre.
Poco a poco, se dio cuenta de que aquellos no eran sus verdaderos padres, sino seres malvados que querían atraparla en ese mundo para siempre. Asustada pero decidida, Coraline decidió enfrentarse a ellos y encontrar una forma de regresar a su verdadera vida junto a sus papás.
Con valentía e ingenio, ideó un plan para engañar a los impostores y cerrar la puerta detrás de ella. Al finalmente lograrlo, Coraline volvió al mundo real con un nuevo aprecio por sus padres reales.
Aprendió que aunque puedan ser exigentes o ocupados a veces, siempre la amaban profundamente y harían cualquier cosa por su felicidad. Desde entonces, Coraline valoraba cada momento con sus papás y nunca más buscó escapar hacia mundos desconocidos en busca de algo mejor.
Sabía que lo más importante era estar juntos como familia y apreciar lo que tenían. Y así termina esta historia donde Coraline descubrió la importancia de la familia verdadera y el amor incondicional que solo ellos pueden brindarle.
FIN.