Corazón Barrilete y el Chico Juan Cruz Paraguas
En un pequeño pueblo llamado Alegría, vivía un chico llamado Juan Cruz Paraguas. Todos los días, Juan Cruz caminaba por las coloridas calles del pueblo con su viejo paraguas amarillo. Sin embargo, Juan Cruz tenía un sueño muy especial: quería volar como un barrilete. El chico siempre miraba con admiración a los barriletes que volaban por el cielo, con sus colores brillantes y moviéndose libremente con el viento.
Un día, Juan Cruz se encontró con un extraño personaje llamado Corazón Barrilete. Corazón era un hombre mayor, con una mirada llena de bondad y sabiduría. Tenía la habilidad de hacer que los barriletes volaran más alto que nadie en el pueblo. Al ver a Juan Cruz con su paraguas, Corazón Barrilete sonrió y se acercó a él.
"¡Hola, chico del paraguas! Veo que admiras a los barriletes. ¿Te gustaría aprender a volar como uno?", preguntó Corazón con una chispa en sus ojos.
Juan Cruz se sorprendió y asintió emocionado. A partir de ese día, Corazón Barrilete se convirtió en el mentor de Juan Cruz. Le enseñó todo sobre la construcción de barriletes, cómo volarlos con destreza y la importancia del equilibrio entre el viento y el barrilete.
Los días pasaron y Juan Cruz practicaba incansablemente. Al principio, su paraguas temblaba y se agitaba con torpeza, pero con el tiempo, Juan Cruz comenzó a dominar el arte de volar como un barrilete. Corazón lo observaba con orgullo, viendo cómo el chico del paraguas se convertía en un hábil volador de barriletes.
Pronto, llegó el día del Gran Festival de Barriletes de Alegría. Corazón Barrilete y Juan Cruz Paraguas se unieron al concurso, compitiendo contra algunos de los mejores voladores del pueblo. Con su paraguas transformado en un colorido barrilete, Juan Cruz demostró su habilidad al volar con gracia y belleza, asombrando a todos los presentes.
Al final del concurso, se anunció que Juan Cruz Paraguas era el ganador. Corazón Barrilete lo abrazó con alegría, reconociendo el talento y la determinación del joven. Desde ese día, Juan Cruz Paraguas se convirtió en una inspiración para los niños del pueblo, demostrando que con esfuerzo y perseverancia, incluso un chico con un paraguas puede alcanzar sus sueños de volar alto como un barrilete.
FIN.