Corre, come y aprende
En un colorido vecindario vivía un gato llamado Garabato, un felino travieso y curioso que disfrutaba correr a toda velocidad por los techos y callejones.
Un día soleado, Garabato despierta emocionado y decide que sería un buen momento para mejorar su velocidad. Se estira con energía y sale disparado por las calles, deslizándose ágilmente entre las casas y dejando asombrados a todos los animales del vecindario.
- ¡Miren lo rápido que puedo correr, soy imparable! - se jacta Garabato, mientras sus amigos lo observan con admiración desde abajo. Mientras tanto, en un rincón cercano, tres ratones tramaban un plan.
- Ese gato rápido y vanidoso es Garabato, siempre corre persiguiéndonos, pero hoy es el día en que le demostraremos quiénes mandan en este vecindario. Los ratones, con astucia, comienzan a preparar una estrategia para desafiar a Garabato. Mientras tanto, Garabato sigue recorriendo el vecindario hasta que el hambre lo invade.
Se detiene en una esquina y divisa un delicioso queso al otro lado de la calle. Justo en ese momento, los tres ratones hacen su movimiento y distraen a Garabato. - ¡Eh, Garabato! ¿A dónde vas tan apurado? - pregunta uno de los ratones con una sonrisa traviesa.
- Tengo prisa, necesito alcanzar ese queso antes de que alguien más lo haga. - responde Garabato, sin sospechar las intenciones de los ratones. Mientras tanto, los amigos ratones se preparan para desafiar a Garabato y probar quién es más astuto.
Garabato cruza la calle y llega al queso, pero al darse la vuelta, ve a los tres ratones formando una línea en frente de él. - ¿Qué están tramando ustedes, amigos ratones? - pregunta Garabato con curiosidad.
- ¡Hoy es el día en que te enfrentas a nosotros en un juego de astucia y velocidad! Si puedes atraparnos a los tres antes de que lleguemos a ese agujero, te convertirás en el gato más astuto de todos - desafían los ratones.
Garabato acepta el desafío con valentía y comienza la carrera, mientras los ratones se deslizan ágilmente entre las grietas del vecindario.
Garabato pone a prueba toda su destreza y agilidad, saltando sobre obstáculos y esquivando trampas que los ratones han preparado para él. Finalmente, con astucia y determinación, Garabato alcanza a los tres ratones antes de que logren llegar al agujero. Los ratones, sorprendidos pero felices, felicitan a Garabato por su velocidad y astucia.
- ¡Eres el gato más rápido y astuto que hemos conocido! - exclama un ratón, mientras los otros asienten con admiración. Garabato, feliz y orgulloso, comprende la importancia de la astucia y la determinación, además de la importancia de ayudar a los demás.
Desde ese día, Garabato se convierte en un ejemplo para todos en el vecindario, enseñando a los más jóvenes sobre la importancia de ser astuto y veloz, pero también de ser amable y solidario con los demás.
FIN.