Cosmos Galactic Journey



Había una vez un pequeño astronauta extraterrestre llamado Cosmo que vivía en un lejano planeta del sistema solar. Cosmo siempre soñaba con explorar el espacio y descubrir nuevos planetas, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo.

Un día, mientras paseaba por su planeta, Cosmo vio algo brillante en el cielo. ¡Era un plato volador! El corazón de Cosmo dio un salto de emoción y decidió subirse a bordo para ver a dónde lo llevaría.

-¡Hola! Soy Cosmo, ¿y tú quién eres? -preguntó emocionado al conductor del plato volador. -Yo soy Zippy, el piloto del plato volador. ¿Quieres venir conmigo a explorar el sistema solar? -respondió Zippy con una sonrisa. Cosmo no podía creer su suerte.

Subió al plato volador y juntos despegaron hacia las estrellas. Durante su viaje, visitaron Mercurio, Venus y Marte, cada uno más fascinante que el anterior. Pero lo mejor estaba por venir: iban rumbo a la Tierra.

Cuando llegaron a nuestro planeta azul, se encontraron con niños jugando en un parque. Cosmo se acercó corriendo y les dijo:-¡Hola! Soy Cosmo, un astronauta extraterrestre. Vengo desde muy lejos para conocerlos.

Los niños miraron asombrados al pequeño alienígena y comenzaron a hacerle preguntas sobre su planeta natal y cómo era ser un astronauta. Cosmo respondió todas sus inquietudes con entusiasmo y les contó sobre las maravillas del espacio.

Pero, de repente, Zippy el piloto vio algo extraño en el cielo. ¡Era una nave espacial averiada! Sin pensarlo dos veces, Cosmo y los niños subieron al plato volador para ayudar a los astronautas que estaban en problemas.

Cuando llegaron a la nave espacial, descubrieron que los astronautas eran de un planeta vecino y se habían perdido durante una misión. Cosmo y los niños trabajaron juntos para reparar la nave y llevar a los astronautas de regreso a casa.

Los astronautas estaban muy agradecidos por la ayuda de Cosmo y los niños. Les prometieron visitar su planeta en el futuro para devolverles el favor. Con lágrimas de alegría en sus ojos, se despidieron y volvieron al plato volador.

Cosmo miró hacia atrás mientras se alejaban de la nave espacial averiada. Estaba feliz por haber podido ayudar, pero también sabía que había cumplido su sueño de explorar el espacio con Zippy. -Gracias por todo, Zippy. Nunca olvidaré esta aventura -dijo Cosmo emocionado.

-Zippy sonrió y respondió-: Ha sido un honor viajar contigo, Cosmo. Recuerda siempre que nunca es demasiado tarde para perseguir tus sueños.

Y así, con nuevos amigos en su corazón y recuerdos inolvidables en su mente, Cosmo regresó a su planeta natal lleno de inspiración y deseos de seguir explorando el universo junto a sus nuevos amigos terrestres.

FIN.

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