Coto, la tortuga consentida
Había una vez en una casa muy acogedora, una tortuga llamada Coto. Coto era una tortuga muy especial, no solo por su caparazón brillante y sus pequeñas patitas ágiles, sino también por su personalidad algo malcriada y escurridiza.
A Coto le encantaba dormir dentro de la cocina, justo al lado del cálido horno. Pero sus dueños, Martina y Tomás, siempre le decían que debía dormir en su terrario.
Una noche, mientras Martina preparaba la cena y Tomás ponía la mesa, Coto se escapó sigilosamente de su terrario y se arrastró hasta la cocina. Al sentir el calor del horno, cerró los ojitos lentamente y se quedó profundamente dormida.
Al terminar de cenar, Martina fue a buscar a Coto para devolverla a su terrario. Pero ¡oh sorpresa! ¡Coto no estaba en su lugar! Martina comenzó a buscar por todos lados junto con Tomás, pero parecía que la traviesa tortuga había desaparecido.
Por fin encontraron a Coto en un rincón de la cocina, profundamente dormida y roncando suavemente. Martina suspiró y dijo: "-Coto, ya sabes que debes dormir en tu terrario. " Pero Coto simplemente abrió un ojito y miró con ternura a sus dueños.
Tomás pensativo dijo: "-Creo que a Coto realmente le gusta estar cerca del calor de la cocina.
" Martina asintió con complicidad y propuso: "-¿Qué tal si adaptamos un rinconcito especial para ella aquí mismo?" Los dos se pusieron manos a la obra creando un espacio acogedor para que Coto pudiera descansar cómoda y segura cerca del horno. Desde ese día, Coto tenía su propio lugar en la cocina donde podía dormir tranquilamente todas las noches.
La tortuga malcriada y escurridiza finalmente había encontrado un hogar donde sentirse feliz y amada. Y así concluye esta historia sobre cómo el amor y la comprensión pueden ayudarnos a encontrar soluciones creativas para convivir en armonía con nuestras mascotas más peculiares.
FIN.