Creer para Crear


Había una vez una joven llamada Lucía, que se sentía un poco perdida en la vida. No sabía cómo encontrar la felicidad y se preguntaba si existía alguna fórmula mágica para lograrlo.

Un día, mientras navegaba por internet, descubrió un aula de formación en Telegram. Intrigada, decidió unirse y ver de qué se trataba. Fue allí donde conoció a la Dra. Claudia, una facilitadora muy amable y sabia. La Dra.

Claudia le habló sobre el principio de la ley de atracción, basado en el libro "El Kybalion". Le explicó que este principio afirmaba que nuestros pensamientos y emociones tienen el poder de atraer a nuestras vidas lo que deseamos.

Lucía quedó fascinada con esta idea y decidió aprender más sobre ella. La Dra. Claudia le enseñó diferentes técnicas para aplicar este principio en su vida diaria. "Lucía, lo primero que debes hacer es creer firmemente en tus sueños", dijo la Dra.

Claudia-. "Si no crees en ellos con todo tu corazón, será difícil manifestarlos". Así comenzaron las sesiones de aprendizaje entre Lucía y la Dra. Claudia. Aprendieron juntas sobre visualización creativa, afirmaciones positivas y gratitud.

Con el tiempo, Lucía empezó a notar cambios en su vida. Sus pensamientos negativos dieron paso a pensamientos positivos y esperanzadores. Empezó a sentirse más feliz consigo misma.

Una tarde soleada, mientras caminaba por el parque cerca de su casa, Lucía encontró una moneda brillante tirada en el suelo. "¡Guau! ¡Qué suerte!", exclamó emocionada. Siguiendo los consejos de la Dra. Claudia, Lucía decidió tomar esa moneda como un símbolo de abundancia y prosperidad en su vida.

La guardó en su bolsillo y continuó caminando con una sonrisa en el rostro. Días después, Lucía recibió una llamada inesperada. Era una oferta de trabajo para el puesto que siempre había soñado. "¡No puedo creerlo!", gritó emocionada-.

"¡Mi deseo se ha cumplido!"Lucía agradeció a la Dra. Claudia por haberle enseñado sobre la ley de atracción y cómo aplicarla en su vida.

A partir de ese momento, se convirtió en una firme creyente de esta poderosa ley universal. Pero no todo fue color de rosa para Lucía. Un día, mientras estaba en el parque, notó que había perdido la moneda que tanto significaba para ella. "Oh no, ¡la he perdido!", lloriqueaba tristemente.

Sin embargo, recordando lo que había aprendido con la Dra. Claudia, Lucía decidió no dejarse llevar por pensamientos negativos. "Quizás hay algo mejor esperándome", se dijo a sí misma.

Y así fue como ocurrió otro giro inesperado en la historia de Lucía. Mientras buscaba su querida moneda por todo el parque, encontró un pequeño libro abandonado debajo de un banco. "¿Qué será esto?", se preguntaba curiosa-. Lo tomó entre sus manos y comenzó a leerlo detenidamente.

El libro resultó ser un diario escrito por alguien desconocido pero lleno de inspiración y sabiduría. Lucía se dio cuenta de que este libro era un regalo del universo, una señal de que estaba en el camino correcto hacia su felicidad.

Con cada página que leía, Lucía se sentía más motivada y llena de esperanza. Comenzó a aplicar las enseñanzas del diario en su vida diaria y pronto vio cómo todo cambiaba para mejor.

Desde ese día, Lucía siguió aprendiendo y creciendo con la ayuda de la Dra. Claudia y el misterioso diario. Se convirtió en una persona feliz, radiante y llena de amor por sí misma.

Y así es como termina esta historia, con Lucía demostrando al mundo que cuando creemos firmemente en nuestros sueños, el universo conspira a nuestro favor para hacerlos realidad.

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