Cris y Lulu en la Noche de Terror



Era una noche oscura y ventosa, y Cris y Lulu estaban muy emocionadas porque iban a ver una película de terror en el cine del barrio. Caminaban por la vereda, hablando y riendo.

"¿Y si nos da miedo?" - preguntó Lulu, abrazando su oso de peluche un poco más fuerte.

"¡Ay, por favor! ¡Es solo una película!" - respondió Cris, tratando de sonar valiente.

Cuando llegaron al cine, la sala ya estaba llena de niños. Unos estaban comiendo pochoclos, otros charlando, y algunos se miraban con nerviosismo. Cris y Lulu tomaron palomitas y encontraron sus asientos. La pantalla se iluminó y comenzaron los anuncios.

De repente, se apagaron todas las luces, y la película comenzó.

La historia era de un monstruo misterioso que habitaba en un bosque oscuro. Mientras el protagonista iba explorando, comenzaron a suceder cosas raras. Unos ruidos extraños, sombras que se movían, y de pronto, un susto que hizo que todos saltaran en sus asientos.

"¡Ay, Dios! ¿Viste eso?" - gritó Lulu, cubriéndose los ojos.

"Es solo un truco de cámara, no pasa nada" - le dijo Cris, aunque sentía que su corazón latía fuerte.

Pero lo que Cris no sabía es que después del primer susto, comenzaría una serie de hechos inesperados. El monstruo de la película parecía cobrar vida. En una escena, un niño en la pantalla se perdió en el bosque y comenzó a llamar a sus amigos.

"¡No, no lo hagas!" - gritó Lulu otra vez, sintiéndose muy identificada con el personaje.

Cris se dio cuenta de que Lulu estaba realmente asustada.

"¿Querés salir, Lulu?" - le preguntó, aunque a ella también le daba un poco de miedo.

"No quiero perderme el final. Además, estamos juntas, ¿verdad?"

Cris sonrió, sorprendida por la valentía de su amiga.

"¡Claro!" - se animó, y decidieron seguir mirando la película.

En la siguiente escena, el protagonista descubría que el monstruo no era malo, sino que estaba asustado y solo.

"¡Mirá, Lulu! No es un monstruo de verdad, solo tiene miedo de que lo lastimen" - dijo Cris, aliviada.

"¿Y si eso pasa en la vida real?" - preguntó Lulu, pensativa.

"Quizás a veces la gente se comporta de forma extraña porque tiene miedo. Y debemos ser amables y entenderlo" - respondió Cris.

A medida que la trama se desarrollaba, ambas comenzaron a aprender que, aunque a veces las situaciones puedan asustar, la valentía y la amistad podían ayudar a entender mejor el miedo.

Finalmente, el protagonista logró ayudar al monstruo, haciéndole ver que no estaba solo. La sala de cine estalló en aplausos cuando la película terminó.

"¡Me encantó! ¡Me dio miedo, pero aprendimos algo!" - exclamó Lulu, sonriendo.

"Sí, lo que importa es que siempre podemos enfrentar nuestros miedos juntos" - respondió Cris, haciendo una mueca de valentía.

Salieron del cine felices y juntas, con una nueva historia que contar. Y así, las dos amigas supieron que aunque a veces los miedos parecen grandes y aterradores, con amor y comprensión todos los monstruos pueden volverse amigos.

Desde esa noche, cada vez que algo les daba miedo, recordaban a su amigo el monstruo de la película y aprendieron a enfrentarlo con valentía y solidaridad. Al final, entendieron que en la vida hay que ser fuertes, pero siempre acompañados de quienes queremos.

FIN.

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