Cristales Brillantes en el Bosque


Margarita, Matias, Agustina y Olivia eran primos y siempre estaban juntos. Les encantaba salir a explorar el campo y descubrir cosas nuevas. Un día, mientras caminaban por el bosque, Margarita se separó del grupo.

Se encontró con un conejito que parecía perdido. El conejito estaba asustado y no sabía cómo volver a su madriguera. Margarita decidió ayudarlo y lo tomó en sus brazos. Comenzaron a caminar juntos buscando la madriguera del conejito.

Después de unos minutos de búsqueda, finalmente encontraron la madriguera y dejaron al conejito allí. De repente, escucharon un ruido extraño detrás de ellos. Era un zorro hambriento que los había estado siguiendo todo el tiempo.

Los niños comenzaron a correr para escapar del zorro pero se dieron cuenta de que habían llegado a un callejón sin salida. "¿Qué hacemos ahora?", preguntó Agustina preocupada. "No sé", dijo Matías temblando. "¡Debemos pensar rápido!", exclamó Olivia angustiada.

Entonces Margarita tuvo una idea brillante: ella recordó haber visto una cueva cerca del camino hacia donde iban antes de separarse del grupo. "¡Chicos! ¡Sigamos por aquí!", gritó Margarita señalando hacia la cueva. Los demás asintieron con entusiasmo y corrieron tras ella.

Cuando llegaron a la cueva se sintieron más seguros porque sabían que el zorro no podría entrar allí. Pero entonces descubrieron algo sorprendente: la cueva estaba llena de cristales brillantes y hermosos.

"¡Wow! ¡Miren todos estos cristales!", exclamó Olivia sorprendida. "Son increíbles", dijo Matías admirando los colores resplandecientes. "¡Debemos llevar algunos como recuerdo!", sugirió Agustina emocionada. Pero Margarita no estaba de acuerdo.

Sabía que los cristales eran importantes para el ecosistema del bosque y que debían dejarlos allí. En lugar de eso, decidió tomar una foto con su cámara para recordar ese momento especial. Finalmente, después de un rato en la cueva, decidieron salir y continuar su camino a casa.

Ya era tarde y necesitaban volver antes del anochecer. Cuando llegaron a casa, sus padres estaban muy preocupados por ellos pero se alegraron al verlos sanos y salvos. Los niños les contaron todo lo que habían vivido durante su aventura en el bosque.

Fue una gran lección para todos ellos sobre la importancia de trabajar juntos, estar preparados ante situaciones peligrosas y cuidar el medio ambiente. Desde ese día en adelante, siempre recordarían esa experiencia como una gran aventura juntos.

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