¿Cuántas frutas hay en el mercado?
En un colorido mercado, la pequeña Lila paseaba con su mamá. En cada puesto, había frutas de todos los colores: rojas, amarillas, verdes y naranjas. Lila miraba con entusiasmo y comenzó a contar.
- ¡Mamá, quiero contar las manzanas! - dijo Lila, apuntando a un puesto donde había cinco manzanas brillantes.
- ¡Contemos juntas, Lila! - propuso su mamá.
- Uno, dos, tres, cuatro, ¡cinco! - gritó Lila.
Contenta, siguieron caminando y llegaron a otro puesto lleno de bananas.
- ¡Mamá, contemos las bananas! - pidió Lila emocionada.
- De acuerdo, ¡a contar! - le respondió su mamá.
- Uno, dos, tres, ¡cuatro! - dijo Lila.
- ¡Muy bien! Cuatro bananas - sonrió su madre.
Luego, se encontraron con un puesto lleno de naranjas.
- ¡Mamá, yo quiero contar las naranjas! - exclamó Lila.
- ¡Genial, Lila! - animó su mamá.
- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, ¡seis! - enumeró Lila saltando de alegría.
Mientras contaban, se acercó un vendedor.
- ¡Hola, pequeñas! ¿Les gustan mis frutas? - preguntó el vendedor.
- ¡Sí! - respondieron al unísono.
- ¿Pueden ayudarme a contar cuántas hay en total? - pidió él.
Lila miró a su mamá y, con una gran sonrisa, dijo:
- ¡Claro! ¡Juntando las manzanas, bananas y naranjas!
Finalmente, Lila con su mamá ayudaron al vendedor, y juntas aprendieron que sumando se iban creando más colores y sabores.
Moraleja: Contar es divertido y compartir es aún mejor.
FIN.