Cuentos con Pictogramas
Mica era una niña muy especial y única. Tenía autismo, lo que hacía que a veces le costara comunicarse con los demás y entender algunas cosas que para otros niños eran fáciles.
Pero sus papás la amaban mucho y siempre estaban buscando maneras de ayudarla. Un día, después de un largo día en la escuela, Mica llegó a su casa muy agitada. Empezó a desvestirse rápidamente y a llorar fuerte.
Sus papás se preocuparon mucho por ella, ya que no sabían qué hacer para calmarla. Entonces recordaron las técnicas que habían aprendido en las terapias con el psicólogo de Mica.
Le pusieron una historia social en la pared, ilustrada con pictogramas sencillos para que pudiera entender mejor. La historia decía así:"Cuando llego a mi casa después del colegio me siento cansada.
Entonces respiro profundamente tres veces y pienso en algo bonito como mi juguete favorito o mi canción preferida"Mica miró atentamente los dibujos de la historia social y entendió lo que debía hacer cuando llegaba a su casa. "Respira profundo Mica -le dijo su mamá-, piensa en algo lindo". Mica cerró los ojos e inhaló profundamente tres veces antes de entrar en su habitación.
"Ahora puedes sacarte el uniforme pero sin apurarte", agregó su papá. Mica se fue quitando cada prenda lentamente mientras seguía respirando hondo. Cuando terminó se sintió más tranquila y feliz porque había seguido las instrucciones de la historia social.
Los días siguientes fueron similares, Mica llegaba a casa cansada pero esta vez se detenía para respirar y pensar en algo bonito. Se desvestía con calma y ya no lloraba ni gritaba. Hasta que un día, ocurrió algo inesperado.
Cuando Mica entró en su habitación después de respirar profundo, vio una sorpresa: sus papás habían creado una pared llena de fotos de ella sonriendo junto a sus amigos del colegio. "¡Mira Mica! -exclamó su mamá-.
¡Tus amigos te extrañan y te quieren mucho!". Mica se quedó mirando las fotos por un momento antes de abrazar a sus papás con una gran sonrisa en la cara.
Desde ese día, cada vez que llegaba a casa después del colegio, Mica recordaba respirar profundo antes de entrar. Y cuando veía las fotos en la pared se sentía feliz porque sabía que era querida por muchas personas especiales.
Así fue como los pictogramas y las historias sociales ayudaron a Mica a sentirse más tranquila y feliz en su hogar. Y aunque aún había días difíciles, siempre podía contar con el amor y apoyo incondicional de sus papás.
FIN.