Cuidando el Agua
En una granja muy especial vivían la oveja Lola, el pato Baltasar, el cerdito Pancho y la vaca Martina. Todos ellos eran animales simpáticos y alegres que vivían en armonía junto a su dueño, Don Antonio. Un día, Don Antonio les reunió a todos en el patio de la granja.
- Buenos días, queridos amigos -les dijo con entusiasmo-. Hoy vamos a aprender sobre la importancia del agua y los cuidados en el hogar. El agua es un recurso invaluable, y necesitamos cuidarla para que todos podamos disfrutar de ella.
Los animales asintieron con curiosidad, preguntándose qué sorpresas les deparaba el día.
- Primero, vamos a aprender a cuidar el agua en la granja -continuó Don Antonio-. Es importante reparar todas las goteras y filtraciones, y utilizar el agua con responsabilidad en nuestras tareas diarias.
Los animales prestaron mucha atención y se comprometieron a ayudar en la tarea.
Mientras Lola arreglaba las goteras de la casita con su lana, Pancho se aseguraba de que no hubiera fugas en su bebedero. Martina se encargaba de racionar el agua para mantener el césped verde y hermoso, y Baltasar se ocupaba de limpiar el estanque para que el agua estuviera siempre fresca y pura.
Sin embargo, un día, una fuerte sequía golpeó la granja, y el agua comenzó a escasear. Los animales se preocuparon al ver que los cultivos se marchitaban y los arroyos se secaban.
- ¡Tenemos que actuar! -exclamó Pancho con determinación-. Debemos encontrar una solución para conservar el agua.
Los animales se unieron para buscar alternativas. Plantaron árboles para retener la humedad en el suelo, recolectaron el agua de lluvia en barriles y aprendieron a utilizar el agua de forma más eficiente. Su esfuerzo dio frutos, y poco a poco la granja volvió a florecer. Don Antonio los felicitó por su trabajo en equipo y su compromiso con el cuidado del agua.
- ¡Lo logramos gracias a nuestra unión y esfuerzo! -dijo feliz Martina.
Desde entonces, la granja se convirtió en un ejemplo de conservación y cuidado del agua para todas las granjas de la región. Los animales disfrutaban del agua con responsabilidad, sabiendo que era un tesoro que debían proteger y compartir. Y juntos, continuaron viviendo en armonía, cuidando su hogar con amor y compromiso.
FIN.