Cuidando el agua en la Tierra



Había una vez una diminuta gotita de agua llamada Gota, que vivía en una nube blanca y esponjosa en lo más alto del cielo. Gota siempre había soñado con explorar la Tierra y aprender todo sobre la importancia del agua.

Un día, la nube se movió suavemente y Gota cayó lentamente hacia la Tierra. Al llegar al suelo, se encontró con un riachuelo cristalino y se unió a las demás gotitas que bailaban alegremente sobre la superficie.

-¡Wow, qué divertido es el agua! -exclamó Gota, entusiasmada. Pronto, se encontró con Aqual, una gotita sabia que le explicó la importancia de cuidar el agua en la Tierra. Juntas, emprendieron un viaje para llevar su mensaje a todos los rincones.

En su recorrido, se encontraron con un granjero llamado Pedro, quien les contó lo crucial que es conservar el agua para regar sus cultivos. -Debemos cuidar el agua, Gota, es fundamental para la vida -les dijo Pedro.

Luego, conocieron a Luna, una niña curiosa que aprendió de Gota y Aqual cómo ahorrar agua al ducharse y cepillarse los dientes. Más tarde, visitaron la Selva Encantada, donde un oso amistoso les explicó cómo mantener limpios los ríos y lagos.

-¡Vaya, qué sorpresa! Todos en la Tierra quieren cuidar el agua -dijo Gota, emocionada. Pero su aventura no había terminado. En el Desierto Seco, se encontraron con un cactus sediento que les pidió ayuda para conservar cada gota de agua.

Con tristeza, Gota y Aqual vieron que el agua no era infinita y que debían esforzarse por no desperdiciarla. Al fin, llegaron a la Ciudad Brillante, llena de gente ocupada.

Allí, Gota y Aqual compartieron su sabiduría con todos, quienes se comprometieron a cuidar el agua en sus hogares y trabajos. Tras su increíble viaje, Gota y Aqual regresaron al cielo con el corazón rebosante de felicidad.

Desde entonces, ellas se convirtieron en las guardianas del agua, ayudando a cada ser viviente a entender la importancia de cuidar este recurso invaluable para la vida en la Tierra.

FIN.

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