Cuidando nuestro hogar



Abuela Seba y Nieto Lucas estaban muy emocionados por su día en la playa. Habían preparado todo lo necesario para pasar un día divertido bajo el sol: una sombrilla, toallas, juguetes de playa y mucha crema solar.

Al llegar a la playa, Abuela Seba se sorprendió al ver que había mucha basura tirada en la arena. "Lucas, ¿ves toda esta basura? No podemos dejarla aquí. Vamos a reagarrarla juntos", dijo ella.

"¡Sí! ¡Vamos a limpiar la playa!", respondió Lucas con entusiasmo. Los dos se pusieron manos a la obra y empezaron a reagarrar todos los residuos que encontraron.

Después de un rato, habían llenado varias bolsas de basura y la playa lucía mucho más limpia. "¡Mira abuela! ¡La playa está tan linda ahora!", exclamó Lucas mientras señalaba el mar cristalino.

"Así es mi amor, pero aún hay muchas cosas que podemos hacer para cuidar nuestro planeta", respondió Abuela Seba con una sonrisa. Después de limpiar la playa, Abuela Seba y Nieto Lucas jugaron juntos durante horas construyendo castillos de arena, nadando en el mar y jugando con una pelota.

Pero cuando llegó el momento del almuerzo, descubrieron que habían olvidado traer comida. "No te preocupes abuela", dijo Lucas. "Podemos ir al restaurante allá arriba". Cuando llegaron al restaurante, vieron que había muchos turistas comiendo comida rápida en envases desechables.

Abuela Seba explicó cómo los plásticos y los envases de comida rápida pueden ser muy dañinos para el medio ambiente. "Pero no te preocupes, podemos encontrar una solución", dijo Abuela Seba sonriendo.

Los dos decidieron comprar ensaladas y llevarlas a la playa en recipientes reutilizables que habían traído de casa. Después del almuerzo, disfrutaron de un rico postre hecho por Abuela Seba: frutas frescas cortadas en cuadraditos. "¡Está riquísimo abuela!", exclamó Lucas con una sonrisa mientras comía su postre.

Después del almuerzo, Abuela Seba y Nieto Lucas caminaron por la playa observando la belleza del mar y la naturaleza. Pero entonces, se dieron cuenta de que había un pequeño pez varado en la orilla.

"Vamos a ayudarlo", dijo Abuela Seba con ternura mientras cogía al pececito en sus manos. Juntos caminaron hasta el agua y liberaron al pez. Lo vieron nadar felizmente hacia el fondo del mar.

"Es importante cuidar nuestro planeta para poder seguir disfrutando su belleza", explicó Abuela Seba mientras acariciaba la cabeza de Lucas. Al final del día, Abuela Seba y Nieto Lucas estaban agotados pero felices por todo lo que habían aprendido juntos.

Decidieron que iban a seguir haciendo todo lo posible para cuidar nuestro planeta todos los días.

FIN.

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