Cuqui y la Aventura en la Oscuridad



Había una vez una calaquita llamada Cuqui que vivía en un pequeño pueblito lleno de luz y color. A pesar de ser una calaca muy divertida, Cuqui le tenía un miedo terrible a la oscuridad. Cada noche, cuando el sol se ponía y el cielo se llenaba de estrellas, Cuqui se escondía bajo su manta de colores y temía a lo que pudiera haber en las sombras.

Una noche, mientras sus amigos, los otros esqueletos, jugaban en el patio bajo la luz de la luna, Cuqui escuchó un susurro que la llamó desde la oscuridad.

"Cuqui, ven a jugar!" - decía una voz suave y melodiosa.

Cuqui miró desde su manta, temblando un poco. Era Luz, una hermosa luciérnaga que brillaba intensamente.

"Pero yo tengo miedo de la oscuridad, Luz..." - contestó Cuqui, con voz temblorosa.

"No debes tener miedo, Cuqui. La oscuridad no es tan mala. Hay muchas maravillas por descubrir. Ven, yo te mostraré!" - animó Luz.

Con el corazón latiendo rápido y un poco de valor, Cuqui decidió salir de su manta. Luz voló adelante, iluminando el camino con su destello. Todo a su alrededor parecía distinto. La oscuridad antes aterradora ahora se llenaba de luces brillantes - las luciérnagas, las estrellas y la luna que sonreía.

Cuqui miró a su alrededor y se dio cuenta de que, en lugar de sombras aterradoras, había un mundo nuevo lleno de belleza. Luz la llevó a un escondite secreto donde las estrellas caían como lluvia, y juntos comenzaron a jugar en la oscuridad.

"¿Ves?" - dijo Luz. "La oscuridad puede ser mágica. Solo necesitas un poco de luz y valor."

Pero, de repente, una nube cubierta de sombras se acercó, oscureciendo todo a su paso. Cuqui sintió un escalofrío y empezó a temblar de miedo otra vez.

"Luz, ¡tenemos que escondernos!" - gritó Cuqui angustiada.

"No, Cuqui! - dijo Luz con firmeza. - No hay que dejar que el miedo nos controle. Miremos juntos lo que suceda."

Cuqui, aún asustada, se quedó quieta junto a Luz. La nube se acercó y cuando estuvo sobre ellas, comenzó a cambiar. Sorprendentemente, lo que parecía una sombra oscura se convirtió en una hermosa figura de un búho de grandes ojos.

"No tengan miedo, pequeñas! Soy Óscar, el búho sabio. Vengo a contarles que la oscuridad trae consigo historias y sueños que se ocultan durante el día. ¿Les gustaría escuchar alguna?"

Cuqui titubeó, pero Luz sonrió y asintió.

"Sí, por favor!" - respondió Cuqui, sintiendo que su miedo comenzaba a desvanecerse.

Óscar sonrió y comenzó a contar historias sobre criaturas nocturnas, sobre cómo las estrellas eran los ojos de los ancestros que cuidaban a los que estaban en la tierra. Cuqui escuchó fascinada.

"Cada noche está llena de secretos mágicos. No deberían temerle. La oscuridad también tiene su encanto," - dijo Óscar, mientras sus ojos brillaban en la oscuridad.

Cuando la historia terminó, Cuqui miró a Luz y a Óscar. Se dio cuenta de que había muchas cosas hermosas en la oscuridad, cosas que no había visto antes y que el miedo no la dejaba disfrutar.

Desde esa noche, Cuqui dejó de temerle a la oscuridad. Empezó a explorar con Luz y sus amigos, sabiendo que siempre habría algo bueno esperando por ella. Aprendió que la luz puede llegar hasta en las noches más oscuras, y que incluso en los momentos de miedo, la amistad y el apoyo son los mejores aliados.

Cuqui nunca volvió a esconderse debajo de su manta. Ahora, cada noche, está lista para la aventura, deseosa de descubrir lo que la oscuridad tiene para ofrecer. Y con cada paso, su corazón se llenaba de alegría y valentía.

Y así, Cuqui se convirtió en la calaquita más valiente del pueblito, inspirando a otros a mirar más allá de sus miedos y a encontrar la magia que hay en cada rincón, incluso en aquellos que parecen oscuros. La oscuridad era solo una oportunidad para brillar un poco más.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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