Dalila, la astronauta de sueños



Era un día soleado en el barrio de Dalila, una niña curiosa y soñadora. Desde su ventana, observaba las nubes y las aves volar. Siempre se preguntaba qué había más allá del cielo. Un día, mientras jugaba con su telescopio en el patio, decidió que quería ser astronauta y viajar al espacio.

"- Mamá, quiero ser astronauta!" - exclamó Dalila, con los ojos llenos de emoción.

"- ¡Qué lindo! Pero ser astronauta requiere mucha dedicación y estudio, ¿sabías?" - le respondió su mamá.

Dalila no se desanimó. Estaba decidida. Empezó a investigar sobre los astronautas y los planetas. Leía libros, miraba documentales y hacía preguntas a su maestro de ciencias. Un día, su maestro, el Sr. Gómez, les dijo:

"- Chicos, vamos a tener una competencia de proyectos sobre el espacio. El ganador recibirá una visita al planetario."

"- ¡Yo quiero ganar!" - gritó Dalila entusiasmada. Comenzó a planear su proyecto, que consistía en hacer un modelo del sistema solar.

Dalila se pasaba horas recortando, pintando y armando su maqueta. Pero, a medida que avanzaba, se dio cuenta de que el planeta Marte era más difícil de lo que pensaba. La bola de poliestireno que había conseguido no era del todo redonda y se estaba desarmando.

"- No puedo hacerlo, es muy complicado!" - lloró.

"- No te desanimes, Dalila. Siempre hay obstáculos en el camino, pero eso no significa que debas rendirte" - le dijo su papá.

Con esas palabras en mente, Dalila se aferró a su proyecto y trabajó aún más arduamente. Finalmente, el día de la competencia llegó. Nerviosa, llevó su proyecto al colegio. Los demás chicos también presentaron sus trabajos, algunos muy creativos, otros un poco más sencillos. Pero Dalila sabía que había puesto su corazón en el suyo.

El jurado, formado por el Sr. Gómez y algunos padres, comenzó a revisar los proyectos. Cuando llegó el turno de Dalila, se presentó con confianza:

`- Hola, soy Dalila y hoy les voy a hablar sobre el sistema solar. Aquí están los planetas, y esto es Marte, que representa la búsqueda de vida en otras partes del universo."

Con cada palabra, Dalila sonrió y transmitió su pasión por el espacio.

Tras escucharla, el jurado deliberó, y finalmente, el Sr. Gómez anunció:

"- El ganador es... ¡Dalila!"

"- ¡Sí! ¡Lo logré!" - gritó Dalila, saltando de alegría.

Felicidades, Dalila. El próximo sábado te esperamos en el planetario para que vivas tu primer viaje a las estrellas" - dijo el maestro, sonriendo.

Durante la visita al planetario, Dalila quedó maravillada al ver las estrellas y aprender sobre constelaciones. Hasta pudo probar un simulador de gravedad cero. Al salir, se sintió aún más inspirada.

"- Ahora sé que quiero hacer esto de verdad, quiero ser astronauta!" - dijo emocionada a su amiga Ana, quien la había acompañado.

"- Pero, ¿Cómo lo vas a hacer?" - le preguntó Ana.

"- Primero, tengo que estudiar mucho. Luego, voy a aprender sobre cohetes y física, y algún día, tal vez, pueda ir al espacio" - respondió Dalila, llena de determinación.

Al llegar a casa, Dalila compartió su experiencia con su familia. Fue un día lleno de aprendizajes y sueños. Su mamá la abrazó y le dijo:

"- Estoy muy orgullosa de vos, Dalila. Recuerda que cada paso que des te acerca más a tu sueño."

A partir de ese día, Dalila se comprometió a estudiar, a seguir aprendiendo sobre el espacio y a compartir su pasión con otros niños, para que también podrían soñar en grande. Su historia inspiró a muchos. En su escuela, organizó un club de astronomía, donde todos podían aprender juntos sobre el universo.

Dalila comprendió que, aunque el camino sería largo y lleno de retos, cada pequeño paso valía la pena. ¿Quién sabe? Tal vez algún día, entre las estrellas, ella podría ser la astronauta que siempre soñó ser.

Así, con esfuerzo, perseverancia y el apoyo de sus amigos y familia, Dalila se acercó cada día un paso más a sus sueños de tocar las estrellas.

FIN.

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