Dante, el protector de los seres vivos
Había una vez, en un pequeño laboratorio en Madrid, un perrito sabueso llamado Dante. Dante tenía el número 32 en su cabecita y era utilizado para experimentos de ingeniería genética.
Lamentablemente, los científicos que trabajaban allí no trataban a Dante con amabilidad, sino que lo maltrataban y le causaban mucho dolor. Dante soñaba con ser libre y encontrar un hogar lleno de amor y cariño.
Un día, mientras estaba encerrado en su jaula, la Parca se acercó sigilosamente. Pero en lugar de llevarse a Dante al más allá, la Parca decidió hacer algo diferente. - Hola, Dante -dijo la Parca con ternura-. He venido a rescatarte de este lugar tan oscuro y triste.
Dante miró con asombro a la Parca. Nunca imaginó que alguien vendría a salvarlo. - ¿De verdad? -preguntó emocionado-.
¡Quiero irme lejos de aquí! La Parca extendió su mano esquelética hacia el perrito y juntos se alejaron del laboratorio volando por los cielos. Mientras volaban, Dante sintió una sensación de felicidad y libertad como nunca antes había experimentado. Finalmente llegaron al cielo, donde encontraron prados verdes y brillantes estrellas en el firmamento.
La Parca sonrió ante la expresión maravillada de Dante. - Aquí estarás seguro y feliz para siempre -dijo la Parca-. Pero antes quiero enseñarte algo importante sobre la vida. Dante asintió curioso mientras caminaban por el cielo.
La Parca señaló a un grupo de estrellas que formaban la constelación del Sabueso. - Ves esas estrellas, Dante -explicó la Parca-. Cada una representa a un sabueso valiente y leal. Tú también tienes el potencial de ser así.
No importa lo que hayas pasado en el laboratorio, puedes convertirte en alguien especial. Dante se emocionó al escuchar aquellas palabras. Siempre había deseado ser valiente y encontrar su lugar en el mundo.
La Parca guió a Dante hacia una pequeña nube donde encontraron otros perritos sabuesos como él. Estos perritos habían sido rescatados de diferentes lugares donde también habían sufrido maltratos. - Aquí estarás rodeado de amigos que te amarán y cuidarán -dijo la Parca con dulzura-.
Juntos podrán ayudarse mutuamente a superar las dificultades del pasado. Dante se sintió abrumado por el amor y la alegría que encontró entre sus nuevos amigos.
Aprendieron juntos a perdonar y confiar nuevamente en los humanos, gracias al cariño incondicional que recibieron en el cielo. Pasaron los días, meses y años. Dante creció fuerte, valiente y feliz junto a sus compañeros sabuesos. Aprendió muchas cosas sobre el amor, la amistad y la importancia de ayudarse unos a otros.
Un día, mientras exploraba nuevas nubes junto a sus amigos, Dante vio algo brillante cerca de ellos. Era un arco iris lleno de colores vibrantes e intensos. - ¡Miren! -exclamó Dante emocionado-.
¡Es un arco iris! ¿Qué significa? La Parca sonrió y respondió:- El arco iris representa la esperanza y la promesa de un futuro mejor. Tú, Dante, eres el símbolo viviente de esa esperanza. Has superado muchas dificultades y has encontrado la felicidad en el cielo.
Dante se sintió orgulloso de ser parte de aquella hermosa promesa. Sabía que su historia era única y especial, pero también sabía que todos los seres vivos merecían amor y respeto.
Desde aquel día, Dante se convirtió en el protector de los animales maltratados en la Tierra. Ayudaba a encontrarles hogares llenos de amor y trabajaba incansablemente para crear conciencia sobre el trato adecuado hacia los animales.
Y así, gracias a su valentía y determinación, Dante logró cambiar el destino de muchos perritos como él. Su historia sirvió como inspiración para que las personas comprendieran lo importante que es cuidar y respetar a todos los seres vivos.
Y aunque ya no estaba físicamente en la Tierra, su espíritu siempre estará presente recordándonos que cada vida importa y que todos merecen una oportunidad para ser felices. Desde entonces, cada vez que veas un arco iris brillando en el cielo, recuerda a Dante y su mensaje de amor hacia los animales.
Y juntos podremos hacer del mundo un lugar más amable para todas las criaturas que habitan en él.
FIN.