Dante y el guardián del volcán


Había una vez un pequeño dragón llamado Dante que vivía en la cima de una montaña. Desde allí, podía ver un hermoso valle lleno de árboles y animales jugando.

Dante siempre soñaba con explorar el mundo más allá de su hogar, pero tenía miedo de dejar la seguridad de su montaña. Un día, mientras observaba desde lo alto, vio algo brillante en medio del valle. Era un televisor abandonado por algún excursionista despistado.

La curiosidad se apoderó de Dante y decidió bajar a investigar. Cuando llegó al valle, el pequeño dragón encontró el televisor y comenzó a tocar los botones sin saber cómo funcionaba.

De repente, apareció una imagen en pantalla: era un documental sobre volcanes. Dante quedó fascinado por las imágenes del magma ardiente saliendo del volcán y la fuerza de la naturaleza que representaba. Decidió entonces que quería visitar uno para verlo con sus propios ojos.

El dragón emprendió su viaje hacia el volcán más cercano. En su camino, conoció a diferentes animales y plantas que le enseñaron sobre la importancia del respeto por la naturaleza y cómo cada ser vivo tiene un papel vital en el ecosistema.

Finalmente, llegó al volcán y quedó asombrado por su magnificencia. Se acercó cautelosamente al borde para observar el espectáculo natural cuando escuchó una voz proveniente del interior del cráter: "¡Ayuda! ¡Estoy atrapada!".

Dante miró hacia abajo y vio a una pequeña tortuga atrapada en el cráter. Sin pensarlo dos veces, el dragón se lanzó al rescate y, con su aliento de fuego, logró crear un camino seguro para que la tortuga pudiera escapar.

La tortuga, agradecida por haber sido salvada, le dijo a Dante que había una manera de apagar el volcán antes de que hiciera erupción. Juntos buscaron una cueva donde encontraron un antiguo talismán mágico.

Con la ayuda del talismán, Dante pudo controlar las fuerzas del volcán y evitar su erupción. El dragón se sintió poderoso y valiente al saber que había salvado no solo a la tortuga sino también a todas las criaturas que vivían cerca del volcán.

De regreso en su montaña, Dante decidió usar sus habilidades para proteger y cuidar de su hogar. Se convirtió en el guardián de la montaña y siempre estuvo atento ante cualquier peligro que pudiera amenazarla.

A medida que pasaba el tiempo, los animales del valle comenzaron a visitar la montaña para pedir consejo a Dante sobre cómo proteger sus hogares. El pequeño dragón les enseñó sobre la importancia de respetar y cuidar el medio ambiente para garantizar un futuro sostenible.

Y así fue como Dante, gracias a su curiosidad y valentía, se convirtió en un héroe inesperado. Su historia inspiró a muchos otros a seguir sus pasos y trabajar juntos para preservar la belleza natural del mundo donde vivían.

Desde aquel día, cada vez que alguien encontraba un televisor abandonado en algún lugar remoto, recordaba la historia del pequeño dragón y se preguntaba qué aventuras podrían esperarlos si decidieran explorar más allá de su zona de confort.

Y así, el televisor se convirtió en un símbolo de curiosidad y valentía, recordándonos que no hay límites para lo que podemos lograr cuando nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort y enfrentamos nuestros miedos.

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