Dardo y el Bosque Encantado
Había una vez un valiente dragón llamado Dardo que vivía en el mágico Reino de las Nubes.
Dardo era un dragón diferente a los demás, ya que en lugar de lanzar fuego por la boca, tenía la habilidad de lanzar destellos brillantes con sus escamas doradas. Un día, mientras volaba por los cielos del reino, Dardo escuchó un grito de auxilio proveniente del Bosque Encantado. Sin dudarlo, se dirigió hacia allí para ver qué estaba sucediendo.
Al llegar al bosque, encontró a una familia de elfos siendo atacada por unos seres malvados conocidos como Drakons. Los Drakons eran criaturas oscuras y peligrosas que buscaban apoderarse del Bosque Encantado y robar toda su magia.
Estos seres despiadados tenían alas negras y garras afiladas como cuchillos. Dardo no podía permitir que los Drakons causaran más daño, así que decidió enfrentarlos. Con sus destellos dorados, comenzó a luchar contra ellos uno por uno.
Los Drakons intentaban herirlo con sus garras venenosas, pero Dardo era ágil y esquivaba todos sus ataques. Mientras tanto, los elfos aprovecharon la distracción para escapar y buscar ayuda en el Reino de las Hadas vecino.
Pero antes de irse, la pequeña Elisa le dijo a Dardo: "¡Gracias por defendernos! Confiamos en ti". Dardo continuó luchando contra los Drakons sin descanso. A medida que derrotaba a uno tras otro, los Drakons comenzaron a retroceder.
Pero justo cuando parecía que la victoria estaba cerca, apareció el líder de los Drakons, un ser aún más poderoso y temible. "¡Así que eres el dragón valiente que se interpuso en nuestro camino!", dijo el líder de los Drakons con una voz siniestra.
"Te aseguro que no saldrás ileso de esta batalla". Dardo sabía que debía usar toda su astucia y coraje para enfrentar al líder de los Drakons.
Con cada destello dorado, intentaba debilitarlo, pero el líder era resistente y esquivaba sus ataques. Justo cuando Dardo comenzaba a perder las esperanzas, escuchó una voz familiar desde el bosque: "¡Dardo, confiamos en ti! ¡No te rindas!". Era Elisa junto con las hadas del Reino vecino.
Habían llegado para ayudar a Dardo en su lucha contra los malvados Drakons. Juntos formaron un equipo imparable y lanzaron un ataque final contra el líder de los Drakons.
Con la combinación de la magia de las hadas y los destellos dorados del dragón Dardo, lograron derrotar al líder de los Drakons. Los demás seres malvados huyeron despavoridos del Bosque Encantado. El reino entero celebró la valentía y determinación de Dardo.
El Rey Elfio le otorgó al dragón una medalla especial por su heroísmo y le dio las gracias por salvar al Bosque Encantado. Desde ese día en adelante, Dardo se convirtió en el protector del Reino de las Nubes y del Bosque Encantado.
Todos los seres mágicos sabían que podían confiar en él para mantenerlos seguros. Y así, el valiente dragón Dardo demostró que no importa lo poderosos que sean los enemigos, siempre habrá esperanza si luchamos juntos con valentía y confianza.
FIN.