De Argentina a Profesora Bilingüe



Sofía era una niña de diez años que vivía en un pintoresco pueblo de Argentina. Desde chica, soñaba con conocer el mundo. Un día, su familia recibió una oportunidad especial: un cambio de vida. Se mudaron temporalmente a Estados Unidos por el trabajo de su papá.

Al principio, Sofía se sintió nerviosa. '¿Y si no puedo hacer amigos? ¿Y si no entiendo nada?' pensó mientras se subía al avión. Pero al llegar a su nueva escuela, fue recibida con sonrisas y amabilidad. La maestra, la señora Johnson, le dijo:

- '¡Hola, Sofía! Estoy muy feliz de conocerte. Aquí todos somos muy amigables. Si necesitas ayuda, estoy aquí para ti'.

A pesar de las dudas, Sofía se esforzó por aprender inglés. Al principio le costaba, pero todos en la escuela estaban dispuestos a ayudarla. Hizo amigos como Tom y Lisa, quienes se sentaban con ella en el almuerzo.

- 'No te preocupes, Sofía. Podemos enseñarte algunas palabras en inglés', dijo Tom.

- 'Y tú nos enseñas español', agregó Lisa.

Sofía compartió su lengua materna con ellos y, poco a poco, el idioma dejó de ser una barrera. Hicieron juegos de palabras y hasta realizaron una presentación sobre sus culturas. La señora Johnson se emocionó y les dijo:

- '¡Esto es maravilloso! A todos les encantaría que hiciéramos un proyecto sobre nuestros diferentes países'.

Con el tiempo, Sofía se volvió una experta en inglés y muy querida por sus compañeros. Un día, mientras ayudaba a la señora Johnson en clase, le contó lo mucho que le gustaba leer y enseñar.

- 'Amo compartir lo que aprendo', dijo Sofía con entusiasmo.

- 'Eres muy talentosa para explicar, Sofía. ¿Alguna vez has pensado en ser profesora?', preguntó la señora Johnson.

La idea de ser profesora le pareció increíble. Pero luego recordó:

- 'Pero necesito ser muy buena en inglés para eso. No sé si podré'.

La señora Johnson sonrió y le contestó:

- 'Lo estás haciendo muy bien, no lo dudes. Tú ya eres una gran profesora para tus amigos'.

Esa frase encendió una chispa en el corazón de Sofía. Desde ese momento, comenzó a contarle historias a sus compañeros y les ayudaba con sus tareas. Se convirtió en la líder del club de lectura, donde leían en inglés y en español. Sus amigos la apoyaban y todos aprendían juntos.

Al finalizar su año en Estados Unidos, el colegio organizó una feria cultural. Sofía decidió presentar un stand sobre Argentina. Preparó posters, trajo comida típica y, con la ayuda de sus amigos, planificó una pequeña actuación mostrando danzas argentinas.

Cuando llegó el día de la feria, todo el mundo estaba emocionado. Los padres de los estudiantes y otros profesores asistieron. Sofía y sus amigos mostraron lo que había aprendido durante su año en Estados Unidos.

- '¡Miren lo que hemos hecho juntos!', exclamó Sofía mientras presentaba su stand.

Al final del evento, la señora Johnson se le acercó.

- 'Sofía, estoy tan orgullosa de ti. Has crecido muchísimo. ¿Sabes qué? Me encantaría que volvieras el próximo año para que sigas ayudando a otros estudiantes como tú'.

Sofía se sonrojó, pero su corazón se llenó de alegría.

- '¡Me encantaría! Creo que de grande quiero ser profesora bilingüe para ayudar a más chicos a aprender y a compartir culturas'.

Esos días en Estados Unidos cambiarían su vida para siempre. Regresó a Argentina, pero siempre se llevó ese sueño en el corazón. Volvió al colegio con una historia, una misión: ser profesora bilingüe.

Con el tiempo, Sofía se graduó, estudió para ser docente y, después de muchos esfuerzos, se convirtió en profesora bilingüe. Siempre recordaba sus días en Estados Unidos y cómo había superado sus temores. Ahora, ayudaba a otros niños a aprender el mismo camino que ella recorrió.

Y así, Sofía vivió feliz, compartiendo el amor por el aprendizaje y la diversidad de las culturas con todos sus alumnos. Girando el mundo a su alrededor, les mostró que las barreras se superan con la amistad, el esfuerzo y un poco de valentía.

FIN.

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