de habitante a ciudadano


Martín era un niño que vivía en un país llamado Imaginaria, un lugar maravilloso donde todos eran libres de soñar y crear.

Martín estaba por comenzar quinto grado en la escuela primaria de Imaginaria, y aunque ya era un habitante de ese país, aún no era un verdadero ciudadano. No entendía del todo las normas de convivencia y la importancia de participar activamente en su comunidad. Todo cambió cuando decidió unirse al equipo de fútbol de la escuela.

-Hola Martín, ¿te unes a nuestro equipo de fútbol? -le preguntó Pablo, el capitán del equipo. -¡Claro que sí! -respondió Martín emocionado. A partir de ese momento, Martín aprendió la importancia del trabajo en equipo y el respeto hacia sus compañeros.

Pero su viaje hacia la ciudadanía no terminaba ahí. Cuando decidió unirse a la orquesta de la escuela, descubrió la importancia de la armonía y el esfuerzo conjunto para crear música.

Poco a poco, Martín comenzó a entender que ser un ciudadano implicaba más que simplemente vivir en Imaginaria. Compró su uniforme de la escuela y se sintió orgulloso de representar a su comunidad.

-Martín, ser parte de la orquesta y del equipo de fútbol te convierte en un verdadero ciudadano de Imaginaria -le dijo la directora de la escuela con una sonrisa.

Martín comprendió entonces que un verdadero ciudadano es aquel que respeta las normas, participa activamente en su comunidad y se esfuerza por hacer de su país un lugar mejor. A partir de ese día, Martín se comprometió a ser un ciudadano ejemplar, dispuesto a poner en práctica los valores de Imaginaria en su vida diaria.

Dirección del Cuentito copiada!