De lobo a perro pastor


Había una vez un pastor llamado Juan que cuidaba un rebaño de ovejas en las montañas. Él era muy bueno en su trabajo y siempre estaba atento a cualquier peligro que pudiera acechar a sus ovejas.

Un día, mientras patrullaba el área, se encontró con un lobo hambriento que había estado merodeando por allí. El lobo intentó atacar a las ovejas, pero Juan lo ahuyentó con su bastón.

"¡Fuera de aquí, lobo! ¡No te permitiré hacer daño a mis ovejas!"-gritó Juan. El lobo se sintió ofendido y decidió vengarse del pastor.

Al día siguiente, cuando Juan estaba ocupado arreglando la cerca del corral, el lobo aprovechó para acercarse sigilosamente al rebaño y atacar a una de las ovejas más débiles. Juan escuchó los gritos de la oveja y corrió hacia ella para salvarla. En ese momento, vio al lobo alejándose rápidamente del lugar. "Maldito lobo"-dijo Juan entre dientes-.

"No puedo creer que haya hecho esto". Desde ese día en adelante, Juan mantuvo un ojo vigilante sobre el rebaño e hizo todo lo posible para protegerlo del astuto depredador. Pero el lobo seguía merodeando por allí y causando problemas cada vez que podía.

Un día, mientras perseguía al lobo lejos del rebaño, algo extraño sucedió. El lobo se detuvo de repente y comenzó a mirar fijamente a Juan con curiosidad.

"¿Qué estás haciendo, lobo?"-preguntó Juan, confundido por el cambio repentino de comportamiento del animal. El lobo se acercó lentamente a Juan y comenzó a olisquearlo. Al principio, Juan estaba asustado, pero luego se dio cuenta de que el lobo no tenía intenciones hostiles.

"Creo que este lobo no es como los demás"-pensó Juan-. "Tal vez pueda ser diferente". Con el tiempo, Juan y el lobo desarrollaron una extraña amistad.

El pastor descubrió que el lobo era muy inteligente y astuto, y pronto comenzaron a trabajar juntos para proteger al rebaño de ovejas. Un día, mientras estaban patrullando juntos las montañas, vieron un grupo de perros pastores suizos trabajando en un campo cercano. El lobo pareció interesarse inmediatamente en ellos y corrió hacia ellos con entusiasmo.

Juan lo siguió con cautela y observó cómo el lobo interactuaba con los perros pastores. Para su sorpresa, descubrió que el lobo parecía tener habilidades naturales para cuidar de las ovejas como cualquier otro perro pastor suizo. "No puedo creerlo"-dijo Juan-.

"Este lobo podría ser uno más entre los perros pastores". Y así fue como la vida del pastor cambió para siempre. Decidió adoptar al viejo enemigo del rebaño y entrenarlo como un verdadero perro pastor suizo.

Con paciencia y dedicación, logró transformar al feroz depredador en un leal protector del rebaño. Ahora todos los días, Juan y su lobo, ahora perro pastor suizo, salen juntos a cuidar del rebaño de ovejas.

La gente en el pueblo todavía no puede creer que un lobo haya sido domesticado, pero para Juan y su nuevo amigo, es simplemente una muestra de que cualquier cosa es posible cuando hay amor y perseverancia.

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