De tímida a Reina del Baile



Había una vez, en el pequeño pueblo de Bailonia, una niña llamada Alba Cervantes Ferreras. Aunque era tímida y reservada, tenía un talento especial para bailar.

Desde muy pequeña, Alba soñaba con ser la mejor bailarina de todo el pueblo. Un día, se enteró de que se celebraría un gran concurso de baile en Bailonia. El premio era convertirse en la Reina de Baile y tener la oportunidad de participar en un famoso programa de televisión.

Alba sabía que esta era su oportunidad para demostrar su talento al mundo entero. Sin embargo, había un problema: Alba no se sentía lo suficientemente segura como para presentarse al concurso.

Temía no ser lo bastante buena o hacer el ridículo frente a todos los demás participantes. Pero su amiga Lucía le recordó lo talentosa que era y le animó a seguir sus sueños. Con mucho miedo pero también con determinación, Alba decidió inscribirse en el concurso.

Comenzó a entrenar duro todos los días después del colegio y practicaba cada uno de sus movimientos hasta perfeccionarlos. El día del concurso finalmente llegó.

La sala estaba llena de gente ansiosa por ver a los participantes mostrar sus habilidades en la pista de baile. Cuando llegó el turno de Alba, sintió mariposas revoloteando en su estómago. Al sonido de la música comenzaron a moverse elegantemente por toda la pista, mostrando su gracia y estilo únicos.

Los jueces quedaron impresionados por su talento y dedicación al baile. Cuando terminó su actuación, Alba esperó con nerviosismo los resultados.

Los jueces anunciaron que había sido seleccionada como una de las finalistas y debía competir contra otras dos talentosas bailarinas. La tensión aumentaba mientras las tres finalistas se preparaban para su última actuación. Alba sabía que debía darlo todo en ese momento si quería ganar. Respiró hondo y saltó a la pista de baile con confianza.

Los movimientos de Alba eran tan gráciles y hermosos que el público no podía dejar de aplaudir. Su actuación fue simplemente espectacular, dejando a todos sin palabras. Finalmente, llegó el momento del veredicto final.

Los jueces anunciaron que la ganadora del concurso y la nueva Reina de Baile era... ¡Alba Cervantes Ferreras! Alba no podía creerlo. Había superado sus miedos y demostrado al mundo entero su increíble talento para el baile.

Se sintió orgullosa de sí misma por nunca rendirse y seguir sus sueños a pesar de sus temores. Desde aquel día, Alba continuó bailando y compartiendo su pasión con los demás.

Inspiró a muchos niños del pueblo a perseguir sus propios sueños, recordándoles que nunca es tarde para comenzar y que siempre deben creer en sí mismos. Y así, Bailonia se convirtió en un lugar donde todos aprendieron la importancia de seguir sus sueños y trabajar duro para alcanzarlos.

Y todo gracias a una niña llamada Alba Cervantes Ferreras, quien se convirtió en la Reina de Baile e inspiró a toda una generación con su historia maravillosa.

FIN.

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