De traficante a mentor

Había una vez en Los Ángeles un hombre llamado Marcos, quien era conocido por ser el mejor vendedor de estupefacientes de la ciudad.

Él tenía un gran talento para convencer a las personas de comprar su mercancía y siempre lograba salirse con la suya sin ser atrapado por la policía. Un día, mientras caminaba por la calle, escuchó que alguien lo llamaba desde un callejón oscuro.

Al acercarse, se encontró con un niño muy triste que le dijo:"Señor, ¿usted podría darme algo para sentirme mejor?"Marcos se sorprendió al ver a este niño tan pequeño pidiéndole drogas y decidió hablar con él para entender qué estaba pasando. "¿Por qué quieres esto hijo? No es bueno para ti".

El niño comenzó a contarle su historia: vivía en una casa muy pobre y sus padres eran adictos a las drogas.

Ellos no tenían dinero suficiente para comprar alimentos o ropa nueva, así que vendían todo lo que podían robar o conseguir ilegalmente para poder obtener más drogas. Marcos se sintió muy triste al escuchar esta historia y decidió hacer algo al respecto.

Comenzó a visitar regularmente al niño y le enseñó cosas nuevas como jugar fútbol o leer libros interesantes. También hablaron sobre cómo las drogas pueden arruinar tu vida y cómo es importante tener metas claras en la vida.

A medida que pasaban los días, Marcos comenzó a darse cuenta de cuánto había cambiado gracias a conocer al niño. Ya no quería seguir vendiendo drogas porque sabía cuánto daño podían causar a las personas. Decidió dejar todo atrás y comenzar una nueva vida.

Un día, mientras caminaba por la calle, se encontró con un policía que lo estaba buscando. En lugar de huir o resistirse, Marcos decidió entregarse y contarle todo lo que había estado haciendo en los últimos días.

El oficial quedó impresionado al ver cómo Marcos había cambiado su forma de pensar y decidió darle una segunda oportunidad. Marcos se convirtió en un mentor para jóvenes en riesgo social y les enseñó sobre la importancia de tomar decisiones correctas en la vida.

Gracias a su ayuda, muchos niños lograron alejarse del mundo de las drogas y comenzaron a tener metas más claras en la vida. Desde entonces, Marcos vivió feliz sabiendo que pudo hacer algo bueno por alguien más y ayudar a cambiar el mundo para mejor.