Defendiendo Sueños
Era un hermoso día en la ciudad de Buenos Aires. El sol brillaba y las aves cantaban. Sofía, una chica brillante y curiosa, estaba a punto de enfrentarse a uno de los mayores desafíos de su vida: la defensa de su tesis para obtener la licenciatura en Ciencias Ambientales. Ella había trabajado arduamente durante años, y hoy era el día en que podría demostrar todo su esfuerzo.
Sofía entró a la sala de defensas con un ligero temblor en su voz, pero con una gran sonrisa. Sus amigos, Lucas y Valentina, la acompañaron hasta la puerta.
"¡Vamos, Sofía! ¡Sabés todo! Esto es solo un paso más para alcanzar tu sueño!" - le dijo Lucas, dándole un apretón en el hombro.
"Sí, ¡vos podés!" - añadió Valentina con una gran sonrisa.
Respirando hondo, Sofía entró a la sala. Allí estaban los miembros del jurado, todos serios y atentos. Al fondo, su profesor, el Dr. Martínez, quien siempre había creído en su potencial.
"Buenos días, Sofía. ¿Estás lista para comenzar?" - preguntó la presidenta del jurado.
"Sí, estoy lista. Muchas gracias por darme esta oportunidad." - respondió Sofía, mientras acomodaba sus notas.
Comenzó su presentación sobre la importancia de la conservación de los recursos hídricos. Al principio, todo iba bien. Hablaba con pasión, y sus ideas fluían. Pero entonces, algo inesperado sucedió. Una de las juradas, la Dra. Gómez, levantó la mano.
"Sofía, ¿podrías profundizar en la parte donde hablas sobre el impacto del cambio climático en los ríos?" - preguntó con curiosidad.
Sofía se detuvo un segundo. Nadie le había hecho esa pregunta en sus ensayos de práctica. Sin embargo, recordó su investigación y la importancia que había tenido para ella.
"Claro, Dra. Gómez. El cambio climático ha generado un aumento en la temperatura, lo que provoca que muchos ríos se evaporen más rápido, afectando a los ecosistemas que dependen de ellos. Por ejemplo, en el río Paraná, esto ha llevado a una disminución en la biodiversidad de especies…" - dijo Sofía, sintiéndose más segura.
Las preguntas siguieron apareciendo, algunas fueron complicadas, pero Sofía encontró la forma de responder cada una con su conocimiento y pasión. Sin embargo, cuando llegó el momento de despedirse, no podía evitar sentirse nerviosa.
"Gracias por su atención. Espero que mi trabajo les haya mostrado la importancia de cuidar nuestros recursos" - concluyó, con una gran sonrisa.
Cuando salió de la sala, sus amigos la esperaban con ansiedad.
"¡Felicidades, Sofía! Lo hiciste increíble!" - exclamó Valentina.
"¿No te sentiste nerviosa? Parecías tan tranquila" - bromeó Lucas.
Sofía se rió y negó con la cabeza.
"Para nada, ¡solo sabía que debía hacer lo mejor que pudiera!" - expresó confiada.
Horas más tarde, mientras se preparaban para celebrar, recibió un mensaje del Dr. Martínez. Su corazón latía a mil por hora. Abrió el mensaje:
"Querida Sofía, me complace informarte que tu defensa fue un éxito. Felicitaciones, ¡ya eres licenciada!" - decía el mensaje.
Sofía sintió como si el cielo se despejara de nubes. El esfuerzo valió la pena. Se abrazó a sus amigos y con lágrimas de felicidad les dijo:
"¡Lo logramos! Esto no solo es mío, es de todos nosotros. Uno nunca puede lograrlo solo. ¡Gracias por estar a mi lado!" - añadió emocionada.
Y así, con su título en mano y sus sueños alcanzándolo, Sofía entendió que el verdadero viaje estaba por comenzar. Con su pasión por el medio ambiente, quería hacer de este un mundo mejor.
Cada paso en el camino puede ser un desafío, pero con amor y esfuerzo, cualquier sueño puede hacerse realidad. Y desde entonces, Sofía se dedicó a investigar y enseñar sobre la conservación, inspirando a otros a cuidar el planeta juntos.
FIN.