Defensores del Bullying
Victoria y Luciano eran unos mellizos muy inquietos y curiosos. Siempre estaban buscando aventuras nuevas que los mantuvieran entretenidos durante todo el día.
Un día, mientras jugaban en el parque con su tía Belén, vieron a un grupo de niños mayores practicando skateboarding. Los ojos de los mellizos brillaron emocionados al ver la habilidad y destreza que tenían estos chicos sobre las tablas. "¡Tía Belén, quiero aprender a hacer skateboard!", exclamó Victoria.
"También yo, ¡quiero ser un skater profesional!", agregó Luciano. La tía Belén sonrió ante la emoción de sus sobrinos y les dijo: "No es fácil ser un skater profesional. Se necesita mucha paciencia, dedicación y práctica".
Pero los pequeños no se desanimaron ante las palabras de su tía. Al contrario, tomaron esto como un reto personal para demostrarle que podían lograrlo si trabajaban duro. Así comenzaron sus clases de skateboarding con la tía Belén como su entrenadora personal.
La primera vez fue difícil mantener el equilibrio sobre la tabla sin caerse al primer intento. Pero poco a poco fueron mejorando gracias a su perseverancia y determinación.
Una tarde mientras practicaban en el skatepark local, Victoria perdió el control de su tabla y cayó fuertemente al piso lastimándose una rodilla. Su hermano corrió hacia ella preocupado por lo ocurrido pero también sabiendo que debían seguir adelante.
"Tengo miedo", dijo Victoria llorando por el dolor en su rodilla"Tranquila hermana, juntos podemos superar esto. Solo debemos seguir intentando y no rendirnos", dijo Luciano con una sonrisa en su rostro. Victoria se levantó y juntos continuaron practicando.
Con el tiempo, los mellizos lograron dominar el arte del skateboarding y se convirtieron en unos verdaderos skaters profesionales. Un día, mientras paseaban por la ciudad, vieron a un grupo de niños que estaban siendo intimidados por otros chicos mayores. Sin pensarlo dos veces, Victoria y Luciano intervinieron para defenderlos.
"¡Dejen de molestar a estos niños! Todos merecemos respeto y tolerancia", exclamó Victoria con valentía. Los chicos mayores se sorprendieron al ver la determinación de los mellizos y decidieron dejar en paz a los demás niños.
Desde ese día, Victoria y Luciano se convirtieron en héroes locales para todos aquellos que habían sido víctimas de bullying. La tía Belén observaba orgullosa todo lo que sus sobrinos habían logrado gracias a su perseverancia y dedicación.
"Ustedes son unos verdaderos skaters profesionales pero también tienen un corazón lleno de bondad", les dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Desde ese día, Victoria y Luciano comprendieron que el éxito no solo está en ser bueno haciendo algo sino también en ayudar a los demás sin importar las circunstancias. Y así fue como se convirtieron en unos campeones tanto dentro como fuera del skatepark.
FIN.