Deku y el Poder de la Amistad

Era un hermoso día soleado en la Escuela de Héroes. Todos los estudiantes estaban alegres y listos para aprender, especialmente Deku, que siempre veía el lado positivo de las cosas. Con su sonrisa brillante, se dirigió al patio de la escuela para jugar con sus amigos.

"¡Hoy será un gran día!", pensó Deku mientras saltaba por el pasillo.

Pero de repente, se encontró cara a cara con Bakugou, quien lo miró con una sonrisa burlona.

"¿Qué querés, llorón?", preguntó Bakugou de manera desafiante.

"¡Solo quería jugar, Bakugou!", respondió Deku, tratando de mantener su alegría.

"¿Jugar? No me hagas reír. ¡Te voy a pegar!", gritó Bakugou, acercándose cada vez más. La tensión en el aire era palpable, y algunos estudiantes comenzaron a mirar con preocupación.

De repente, apareció el profesor Aizawa, con su abrigo desabotonado y su mirada seria. Sin dudarlo, se interpuso entre Bakugou y Deku.

"¡Ustedes dos!", dijo Aizawa con voz firme. "Bakugou, tu comportamiento es inaceptable. Este tipo de actitud no se tolerará en esta escuela."

"¿Qué? ¡No es justo!", exclamó Bakugou, molesto.

"No es justo hacer sentir mal a los demás. Recuerda, somos héroes, no matones. Vas a pasar una semana en detención por esto", dijo Aizawa con calma, mientras los demás estudiantes murmuraban entre sí.

Deku se sintió aliviado y al mismo tiempo feliz. "¡Gracias, profesor Aizawa!", gritó, saltando de alegría. "No me gusta cuando Bakugou se enoja, pero entiendo que tiene mucho que aprender también."

Bakugou se marchó, rumiando su frustración. Pero en lugar de quedarse triste, Deku decidió hablar con él. Sabía que Bakugou no era malo, solo necesitaba entender que la amistad era más importante que la agresión.

Al día siguiente, cuando se cruzaron, Deku se acercó a Bakugou.

"¡Hola, Bakugou!", dijo Deku con una sonrisa. "¿Te gustaría hablar un poco? Sé que a veces te frustras, pero la violencia no es la solución. ¿Podemos encontrar una forma de llevarnos mejor?"

"¿Hablar? ¿Yo? No necesito hablar con vos, llorón", respondió Bakugou, aunque hizo una pausa.

"Pero podrías ser un gran héroe si dejaras de lado la agresividad. Imaginá lo que podrías lograr si unís fuerzas conmigo en lugar de pelear", sugirió Deku esperanzado.

Bakugou se quedó en silencio, pensativo. Deku estaba siendo claro y sincero. Tal vez, solo tal vez, había algo en sus palabras.

"Está bien, Deku. Te daré una oportunidad. Pero no pienses que me volví un blandito", respondió Bakugou con una ligera sonrisa, aunque no estaba seguro de lo que sentía.

De ahí en adelante, comenzaron a pasar tiempo juntos: entrenando, jugando y aprendiendo uno del otro. A veces seguían chocando sus personalidades, pero poco a poco, comenzaron a construir una genuina amistad.

Un día, durante una misión grupal, los estudiantes se enfrentaron a un monstruo. Sin pensarlo, Bakugou se lanzó al frente para proteger a su compañero, olvidando por completo su egoísmo.

"¡Deku, atrás!" gritó mientras lanzaba una explosión para desviar el ataque del monstruo.

Deku sintió un gran orgullo. "¡Excelente trabajo, Bakugou! ¡Eres un gran héroe!"

Al finalizar la misión, Bakugou se dio cuenta de que había cambiado. "Tal vez no soy tan malo después de todo", pensó, mientras se acercaba a Deku.

"Gracias por mostrarme que la verdadera fuerza está en ayudar a otros", dijo Bakugou, sintiéndose más seguro de sí mismo.

Desde ese día, Deku y Bakugou se volvieron inseparables, aprendiendo juntos la importancia de la amistad y el respeto. Deku le enseñó a Bakugou a ser amables, y Bakugou le mostró a Deku que también podía ser fuerte y valiente.

Al final, ambos se dieron cuenta de que, aunque eran diferentes, juntos podían hacer grandes cosas. Así, en la Escuela de Héroes, aprendieron valiosas lecciones sobre la importancia de la empatía y la asociación, recordando siempre que la amistad puede derribar cualquier barrera. Y así, cada día se llenaba de alegría y aprendizaje, dejando atrás los días de bullying y dolor.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.