Del Amor a la Amistad



En el hermoso pueblo de San Miguel de Khari, donde las montañas se abrazan al cielo, vivía una cholita llamada Nilda. Era una joven alegre, con una sonrisa que iluminaba hasta los días más grises. Su mejor amigo era Willian, un chico inteligente y divertido que siempre la llenaba de buenas ideas y risas.

Una tarde, mientras paseaban por el mercado del pueblo, Nilda vio a José, un joven de ojos oscuros y una sonrisa encantadora. Desde ese momento, su corazón empezó a latir más fuerte. Sin embargo, su amigo Willian siempre le decía:

"Cuidado, Nilda. José no es como nosotros. Se mete en problemas y a veces tiene comportamientos extraños."

Pero Nilda, deslumbrada por el amor, decidió darle una oportunidad. Se dejaron llevar por la emoción y pronto se concubinaron. Sin embargo, la alegría comenzó a desvanecerse. José mostró su lado oscuro; su celosía se convirtió en agresividad. Nilda, con su rostro lleno de moretones, a veces se sentía como si estuviera en un mundo sombrío.

"Nilda, no deberías estar con él. Te hace daño", le decía Willian cada vez que la veía con una nueva herida.

A pesar de las advertencias, Nilda se sentía atrapada por un amor que prometía ser un cuento de hadas, pero que se estaba convirtiendo en una pesadilla. Un día, tras una fuerte discusión, Nilda decidió que ya no podía soportar más. Llorando, miró a Willian y le dijo:

"No sé qué hacer, siento que estoy perdida."

"Tienes que dejarlo, amiga. Tu felicidad es más importante que cualquier amor oscuro. Estoy aquí para apoyarte."

Con el apoyo de Willian, Nilda reunió el valor y se separó de José. Poco después, a pesar de la tristeza, descubrió que estaba esperando un bebé. Esto la llenó de esperanza, pero también de incertidumbre:

"¿Cómo voy a criar a mi hijo sola?", pensó.

Willian, al enterarse de la noticia, tomó su mano y le dijo:

"No estás sola, Nilda. Seremos una familia. Criar a este niño es una gran aventura y estoy aquí para ayudarte."

Nilda se sintió aliviada; finalmente, comprendió que el verdadero amor no era el de José, sino el de su amigo que estaba dispuesto a acompañarla en este nuevo camino.

Pasaron los meses y Nilda tuvo a su hermoso bebé. Ella y Willian, juntos, empezaron a crear un hogar lleno de risas y amor. Aprendieron a enfrentar los desafíos y a disfrutar de cada pequeño momento con el niño. En el fondo, a Nilda le hacía sonreír ver que Willian, su mejor amigo, estaba a su lado, siempre listo para hacerla reír y apoyarla.

Un día, mientras compartían un almuerzo en el patio,

"Mirá cómo crece, Nilda. Estás haciendo un gran trabajo, y él está lleno de alegría», dijo Willian.

"No lo podría haber hecho sin vos, Willian. Gracias por estar siempre a mi lado."

El tiempo pasó y Nilda se dio cuenta de que había encontrado en la amistad de Willian un amor verdadero, un amor que no lastimaba, sino que sanaba.

Juntos decidieron que, cuando su hijo fuera grande, le contarían sobre la valentía que había tenido su madre para dejar atrás un amor tóxico y cómo siempre es mejor elegir la felicidad y la amistad sinceras.

Así, la historia de Nilda no solo se convirtió en una lección sobre el amor, sino también sobre la importancia de rodearse de personas que realmente se preocupan por uno. Nilda dejó atrás el oscuro pasado y abrazó un futuro lleno de luz, cariño y amistad, creando un camino inspirador para su hijo.

Y así, cada vez que la gente de San Miguel de Khari veía a Nilda sonriendo y disfrutando de la vida, recordaban que a veces el amor se encuentra en los lugares más inesperados y que siempre es posible renacer de las cenizas.

FIN.

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