Desconectada
Anita era una niña muy activa en las redes sociales. Le encantaba compartir fotos y videos de sus aventuras diarias con sus amigos y familiares.
Pero un día, al intentar ingresar a su cuenta de Instagram, se dio cuenta que no podía acceder a ella. - ¡Mamá, papá! -gritó Anita desde su habitación-. No puedo entrar a mi cuenta de Instagram. Creo que alguien me la hackeó.
Sus padres se acercaron rápidamente para ver qué estaba pasando. Al ver que efectivamente no podía ingresar a su cuenta, decidieron investigar lo que había ocurrido. Después de revisar varios detalles, descubrieron que Anita había sido víctima de un ataque cibernético.
Un hacker había logrado obtener acceso a su cuenta y cambiar la contraseña para evitar que pudiera recuperarla. - ¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó Anita preocupada-. Todas mis fotos están ahí y no quiero perderlas.
- Lo primero es mantener la calma -dijo su padre tranquilamente-. Vamos a contactarnos con el equipo de soporte técnico de Instagram para reportar el problema e intentar recuperar tu cuenta.
Sin embargo, después de varios días sin respuesta del equipo técnico, Anita comenzó a sentirse cada vez más frustrada y triste por haber perdido todas sus fotos y seguidores en Instagram. Un día, mientras caminaba por el parque con sus padres, encontraron un grupo de niños jugando al fútbol.
Uno de ellos le preguntó si quería unirse al partido y así fue como Anita hizo nuevos amigos ese día. Durante el juego, los niños estaban tan emocionados y divertidos que se olvidaron completamente del mundo virtual.
Anita se dio cuenta que la vida real tenía mucho más valor que las redes sociales. - ¿Sabes qué? -dijo Anita a sus nuevos amigos-. Me hackearon mi cuenta de Instagram y perdí todas mis fotos, pero no importa.
Lo importante es estar aquí con ustedes y disfrutar el momento. A partir de ese día, Anita decidió dedicar más tiempo a hacer actividades al aire libre y compartir momentos reales con sus amigos en lugar de preocuparse tanto por su presencia en línea.
Incluso después de haber recuperado su cuenta de Instagram, ella continuó priorizando lo importante y aprendió una valiosa lección sobre la verdadera amistad y el valor del mundo real.
FIN.