Desconectando en la Isla Encantada



Había una vez una niña llamada Lola, a quien le encantaba pasar horas frente a su computadora y teléfono celular navegando en las redes sociales.

Le fascinaba compartir fotos de sus viajes, selfies con filtros divertidos y contarle a todos sus seguidores sobre sus aventuras por el mundo. Un día, mientras revisaba su Instagram, vio un concurso para ganar un viaje todo incluido a un lugar exótico. Lola se emocionó tanto que decidió participar de inmediato.

Para ello, tenía que subir una foto creativa con el hashtag del concurso y esperar los resultados. Días después, recibió un mensaje diciendo que ¡había ganado el viaje! Estaba tan feliz que no podía creerlo.

Empacó rápidamente su maleta y partió hacia su destino soñado: una isla paradisíaca. Al llegar allí, se encontró con otras personas que también habían ganado el concurso.

Entre ellos estaba Lucas, un chico muy simpático que compartía la misma pasión por los viajes y las redes sociales que ella. Se hicieron amigos al instante y juntos exploraron la isla, sacando fotos espectaculares en cada rincón. Una tarde, mientras caminaban por la playa, se perdieron en medio de la selva.

Estaban asustados pero recordaron haber visto una montaña desde lejos cuando llegaron a la isla. Decidieron usar la brújula de Lucas para orientarse y emprender camino hacia esa dirección. "¡Vamos por aquí!", exclamó Lucas señalando hacia la montaña.

Después de varias horas de caminata bajo el sol abrasador, finalmente llegaron a la cima de la montaña. Desde allí pudieron ver toda la isla e incluso divisar el campamento donde estaban hospedados.

"¡Lo logramos!", gritó Lola emocionada mientras abrazaba a Lucas. Fue entonces cuando se dieron cuenta de lo importante que era disfrutar del momento presente sin obsesionarse tanto con las redes sociales o las selfies perfectas.

Aprendieron a valorar cada experiencia vivida juntos y a apreciar la belleza natural que los rodeaba.

Al regresar a casa, Lola siguió compartiendo sus aventuras en las redes sociales pero esta vez con un nuevo enfoque: mostrar lo mejor de cada lugar visitado sin dejar de disfrutar plenamente del momento presente junto a las personas que quería. Y así, Lola entendió que lo más valioso no era cuántos likes recibía en sus publicaciones sino las experiencias vividas y los recuerdos compartidos con quienes realmente le importaban.

FIN.

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