Descubriendo juntos



Había una vez en el colegio Isabel la Católica de Jerez de la Frontera, un grupo de alumnos de sexto curso que estaban muy emocionados porque se acercaba la feria de las ciencias.

Todos los niños estaban ansiosos por mostrar sus experimentos y demostrar lo que habían aprendido durante el año. Entre ellos se encontraban Martina, Lucas, Sofía y Tomás. Martina era una niña curiosa a la que le encantaba investigar cómo funcionaban las cosas.

Lucas era muy creativo y siempre tenía ideas originales para sus experimentos. Sofía era una experta en plantas y disfrutaba enseñando a los demás sobre su cuidado.

Y Tomás era un amante de los animales, siempre estaba dispuesto a ayudarlos y aprender más sobre ellos. El día llegó finalmente y el colegio estaba lleno de coloridos stands con todos los experimentos preparados. Los padres, profesores y otros estudiantes paseaban por el lugar admirando cada uno de los proyectos.

Martina había creado un experimento para demostrar cómo funciona la electricidad estática. Con globos inflados, frotaba diferentes objetos para generar carga eléctrica y así hacer que los cabellos se levantaran al acercarlos.

"¡Miren esto! ¡La electricidad estática es increíble!", exclamó Martina mientras sostenía un globo cerca del cabello del profesor. Lucas había ideado un proyecto llamado "La magia del agua". Mostraba cómo podían mezclar diferentes líquidos con colores vivos para crear efectos sorprendentes.

"¡Y ahora verán cómo este vaso cambia mágicamente de color!", dijo Lucas emocionado mientras vertía diferentes líquidos en un vaso transparente. Sofía había preparado una exhibición sobre las plantas carnívoras, explicando cómo atrapan a sus presas y las digieren para obtener nutrientes.

"Estas plantitas son muy astutas. ¡Miren cómo atrapan a los insectos con sus hojas pegajosas!", exclamó Sofía mostrando una planta carnívora con orgullo. Por último, Tomás presentó su proyecto titulado "El reino animal".

Tenía varios terrarios con diferentes tipos de animales y explicaba el hábitat y comportamiento de cada uno de ellos. "¡Aquí les muestro a mis amigos reptiles! Son increíbles y necesitan mucho cuidado", dijo Tomás emocionado mientras sostenía una serpiente pequeña en sus manos.

La feria de las ciencias fue todo un éxito. Los niños se sintieron orgullosos al ver cómo la gente se interesaba por sus experimentos y aprendían cosas nuevas.

Pero lo más importante fue que todos los visitantes se llevaron algo especial: la pasión por aprender y descubrir el mundo que estos niños transmitían a través de sus proyectos. Desde ese día, Martina, Lucas, Sofía y Tomás siguieron investigando y creando nuevos experimentos juntos.

Aprendieron que la ciencia puede ser divertida y emocionante, siempre hay algo nuevo por descubrir si tienes curiosidad e imaginación.

Y así, estos jóvenes científicos continuaron inspirando a otros niños a explorar el fascinante mundo de la ciencia, dejando huellas imborrables en cada corazón que conocieran su historia.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!