¡Descubriendo juntos!



Había una vez en un jardín de infantes muy especial, un niño llamado Lucas. Lucas era alegre, risueño y siempre estaba lleno de energía. Sin embargo, a veces sus compañeros no entendían por qué Lucas hacía ciertas cosas de manera diferente. Lucas era un niño con autismo, lo cual significaba que a veces veía el mundo de una manera única. Sus compañeros no sabían mucho sobre el autismo, así que la maestra decidió hacer una presentación especial para que todos entendieran a Lucas y pudieran apoyarlo de la mejor manera.

"¡Buenos días, niños! Hoy vamos a hablar sobre alguien muy especial en nuestra clase, ¿adivinen quién es?" dijo la maestra con entusiasmo.

"¡Lucas! ¡Lucas!" gritaron los niños emocionados.

La maestra asintió con una sonrisa.

"Así es, vamos a hablar sobre Lucas y lo que hace tan especial a nuestro amigo. ¿Alguien puede decirme qué es el autismo?" preguntó la maestra.

Todos los niños se miraron entre ellos, pero nadie levantó la mano.

"El autismo es una forma diferente de ver y experimentar el mundo. Significa que Lucas tiene talentos increíbles, pero también enfrenta desafíos especiales. Por ejemplo, a veces le cuesta trabajo entender algunas cosas que para nosotros son fáciles, como mirar a los ojos o estar en lugares muy ruidosos", explicó la maestra.

Los ojos de los niños se abrieron con curiosidad.

"Pero también hay muchas cosas maravillosas sobre Lucas. ¿Alguien puede decirme una fortaleza de Lucas?" preguntó la maestra.

"¡Lucas es muy feliz y siempre nos hace reír!" exclamó Sofía, una de las compañeras de Lucas.

"Exactamente, Sofía. Lucas tiene una risa contagiosa y siempre nos alegra el día. También tiene una habilidad especial para memorizar números y le encanta hacer dibujos increíbles", dijo la maestra.

Los niños comenzaron a darse cuenta de que Lucas era realmente asombroso.

"Además, a Lucas le gusta correr en círculos cuando necesita regularse. En vez de verlo como algo raro, podemos ayudarlo si vemos que se siente abrumado", agregó la maestra.

Los ojos de los niños brillaron con entendimiento. Todos estaban ansiosos por apoyar a su amigo Lucas de la mejor manera posible.

Después de la presentación, los niños se acercaron a Lucas con una nueva comprensión y empatía. Si veían que Lucas se sentía ansioso, lo invitaban a dar un paseo tranquilo o le recordaban que siempre podía venir a hablar con ellos.

Durante el tiempo de juego, los compañeros de Lucas también encontraron formas creativas de incluirlo en sus juegos, adaptándolos para que Lucas pudiera participar plenamente. Descubrieron que al entender las fortalezas y las necesidades de Lucas, podían disfrutar juntos de momentos maravillosos.

A medida que pasaban los días, la amistad entre Lucas y sus compañeros creció más fuerte que nunca. Aprender sobre el autismo no solo ayudó a los niños a entender a Lucas, sino que también les permitió aprender a aceptar y apoyar a las personas que son diferentes de ellos.

Y así, en el jardín de infantes, todos descubrieron que la verdadera magia sucede cuando nos unimos para celebrar nuestras diferencias y cuidar unos de otros.

FIN.

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