Descubriendo la diversión y la amistad



Había una vez un niño llamado Mario, quien era muy tímido y siempre buscaba ser perfecto en todo lo que hacía.

Desde pequeño, se esforzaba por obtener las mejores calificaciones en la escuela y siempre trataba de complacer a sus padres en todo momento. Un día, mientras Mario caminaba hacia la escuela, vio a un grupo de niños jugando en el parque. Se acercó tímidamente y los observó desde lejos.

Tenían tanto entusiasmo y alegría al jugar juntos que Mario deseó poder unirse a ellos, pero su timidez no se lo permitía. "¡Hola chicos! ¿Puedo jugar con ustedes?"- preguntó tímidamente Mario.

Los niños lo miraron sorprendidos y uno de ellos respondió: "¡Claro! ¡Ven y únete a nosotros!"Mario se sintió emocionado pero también preocupado por no hacerlo bien o cometer algún error. A medida que jugaban, todos los demás niños disfrutaban del juego sin preocuparse demasiado por ganar o perder.

Pero Mario estaba tan concentrado en hacerlo perfecto que empezó a sentirse frustrado cuando cometía errores. "Ups... perdón chicos, me equivoqué otra vez"- dijo Mario apenado.

Los otros niños sonrieron amablemente y uno de ellos dijo: "No te preocupes por eso, ¡todos cometemos errores! Lo importante es divertirse. "Estas palabras resonaron profundamente en el corazón de Mario. Comenzó a darse cuenta de que no tenía que ser perfecto todo el tiempo para ser aceptado y disfrutar del juego con los demás.

A partir de ese día, Mario decidió dejar de lado su perfeccionismo y comenzó a disfrutar más de las actividades con sus amigos.

Aprendió que los errores eran oportunidades para aprender y crecer, y que la verdadera diversión estaba en el proceso, no solo en el resultado final. Con el tiempo, Mario se convirtió en un niño más seguro de sí mismo. Ya no tenía miedo de equivocarse o ser juzgado por los demás.

Se dio cuenta de que lo importante era ser auténtico y disfrutar cada momento al máximo. Un día, cuando Mario ya había superado su timidez, decidió ayudar a otro niño tímido que se sentía excluido del grupo.

Le recordó las palabras que alguna vez le dijeron: "No te preocupes por cometer errores, ¡lo importante es divertirse!"Ese acto generoso hizo que Mario se sintiera feliz y realizado.

Había aprendido una valiosa lección sobre la importancia de ser uno mismo y ayudar a los demás. Y así, Mario continuó creciendo como una persona segura y amable, siempre dispuesto a apoyar a aquellos que necesitaban un poco de aliento para superar sus propios miedos. Fin.

FIN.

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