Descubriendo mi esencia



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Kiara.

Kiara era muy especial, ya que desde muy pequeña se dio cuenta de que le gustaban las profesoras, las auxiliares y hasta la de normas de su escuela. No entendía por qué sentía eso, pero sabía que era algo natural para ella. Un día, mientras Kiara estaba en clase, su maestra comenzó a hablar sobre la importancia del respeto y la diversidad.

Kiara prestaba mucha atención porque sabía que lo que iba a decir podría ayudarla a entender sus propios sentimientos. La maestra explicó que todos somos diferentes y únicos, y que es importante aceptarnos y respetarnos tal como somos.

Habló sobre el amor en todas sus formas: el amor entre amigos, entre hermanos y también el amor romántico. Kiara sintió un alivio en su corazón al escuchar esas palabras.

Se dio cuenta de que no había nada malo en sentirse atraída por personas del mismo género. Se sintió valiente al saber que podía ser quien era sin tener miedo ni vergüenza. Decidió compartir sus sentimientos con su mejor amiga Sofía.

Juntas hablaron sobre lo importante que es aceptarse mutuamente y apoyarse sin importar las diferencias. Sofía le dijo a Kiara: "Eres mi amiga sin importar a quién te guste o cómo te sientas". Animada por el apoyo de Sofía, Kiara decidió hablar con sus padres sobre sus sentimientos.

Les contó acerca de las profesoras, auxiliares y la de normas de su escuela, y les explicó que se sentía atraída por ellas. Sus padres, aunque sorprendidos al principio, escucharon atentamente y le dijeron que la amaban incondicionalmente.

Juntos, Kiara y sus padres investigaron más sobre la diversidad sexual y encontraron libros y películas que les ayudaron a entender mejor este tema. A medida que aprendían juntos, crecía el amor y el apoyo en su hogar.

Un día, Kiara decidió hablar con las profesoras de su escuela para contarles acerca de sus sentimientos. Estaba nerviosa pero sabía que era importante ser honesta consigo misma.

Al principio, las profesoras se sorprendieron un poco, pero luego sonrieron y le dijeron: "Kiara, lo más importante es que te sientas feliz contigo misma". A partir de ese momento, Kiara se sintió libre de ser quien era realmente.

Encontró una gran comunidad de personas LGBTQ+ en su pueblo que la apoyaban sin juzgarla. También descubrió organizaciones y grupos donde podía aprender más sobre la diversidad sexual. Con el tiempo, Kiara se convirtió en una joven valiente e inspiradora para aquellos que estaban pasando por situaciones similares.

Dio charlas en su escuela y en otras instituciones educativas para promover la aceptación y el respeto hacia todos.

La historia de Kiara nos enseña la importancia del amor propio y el valor de ser auténtico sin importar lo que los demás piensen o digan. Nos recuerda que todos merecemos respeto independientemente de nuestra orientación sexual.

Y así fue como Kiara encontró su camino hacia la felicidad siendo ella misma: una persona valiente, amorosa y llena de esperanza en un mundo que celebra la diversidad.

FIN.

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