Descubriendo nuestra verdadera identidad
Érase una vez en el hermoso jardín de la abuela Rosa, un grupo de pequeñas mariposas que pasaban sus días revoloteando entre las flores. Había mariposas de colores brillantes, como el azul del cielo y el amarillo del sol, pero también había mariposas de colores más apagados, como el marrón y el gris. Un día, mientras jugaban, una mariposa llamada Maribel se acercó a sus amigas y les dijo:
- ¿Alguna vez se han preguntado quiénes somos en realidad?
Las otras mariposas se miraron confundidas y Maribel explicó que sentía que su verdadera identidad era diferente a la que mostraban sus alas. Quería descubrir quién era en su interior. Las demás mariposas se mostraron sorprendidas, pero decidieron ayudar a Maribel en su búsqueda.
Juntas, emprendieron un viaje hacia el gran árbol sabio del bosque, quien poseía el conocimiento para ayudar a descubrir la verdadera identidad de Maribel y las demás mariposas. En el camino, se encontraron con diferentes desafíos que pusieron a prueba su valentía, amistad y determinación. Vencieron obstáculos como la fuerte lluvia, los vientos tempestuosos y la oscuridad de la noche, pero nunca se rindieron.
Finalmente, llegaron al árbol sabio, quien les dijo que la verdadera identidad de cada mariposa no estaba en sus colores, sino en su corazón. Las mariposas entendieron que su valor no dependía de su apariencia, sino de sus acciones y sus sentimientos hacia los demás. Maribel descubrió que su verdadera identidad era la de una mariposa valiente, amorosa y compasiva. Y así, cada una de las mariposas encontró en su interior la verdadera esencia que las hacía únicas.
Desde ese día, las mariposas entendieron que la identidad va más allá de lo que se ve a simple vista, que cada uno es valioso por lo que es en su interior. Con esta nueva comprensión, regresaron al jardín de la abuela Rosa, donde compartieron su sabiduría con el resto de las criaturas. Desde entonces, todas las mariposas, sin importar su color, fueron respetadas y queridas por igual. Y Maribel, la valiente mariposa de corazón puro, se convirtió en un símbolo de amor y amistad en el jardín.
Y colorín colorado, este viaje de las mariposas ha enseñado que la verdadera identidad está en el corazón.
FIN.