Descubriendo Talentos
Érase una vez en las Torres de Malory, un prestigioso internado para niñas, vivían dos amigas muy diferentes llamadas Gwen y Darrel.
Gwen era conocida por ser una chica buena, siempre dispuesta a ayudar a los demás y cumplir con sus responsabilidades. Por otro lado, Darrel era todo lo contrario: egoísta, desobediente y siempre buscando problemas. Un día, la directora del internado anunció que habría un concurso de talentos donde todas las chicas podrían mostrar sus habilidades especiales.
Gwen estaba emocionada y comenzó a pensar en cómo podría sorprender a todos con su talento para el canto. Por otro lado, Darrel no le interesaba el concurso porque pensaba que ella no tenía ningún talento especial.
Los días pasaban rápidamente y Gwen practicaba sin descanso para mejorar su voz. Mientras tanto, Darrel solo se divertía molestando a las demás niñas e ignorando por completo el concurso. El gran día finalmente llegó.
El auditorio estaba lleno de padres orgullosos y compañeras emocionadas por ver las actuaciones. Gwen subió al escenario y cantó como nunca antes lo había hecho. Su voz resonó en todo el lugar y dejó boquiabiertos a todos los presentes.
Cuando terminó su actuación, recibió una ovación de pie y se sintió feliz de haber compartido su don con los demás. Sin embargo, cuando llegó el turno de Darrel, algo inesperado ocurrió.
En lugar de hacer alguna travesura o burlarse de alguien como solía hacerlo, ¡Darrel empezó a bailar ballet! La audiencia quedó perpleja. Darrel era conocida por sus travesuras, pero nadie sabía que tenía un talento secreto para el ballet.
Sus movimientos eran elegantes y precisos, demostrando que había estado practicando en secreto todo este tiempo. Cuando terminó su actuación, la sala estalló en aplausos y ovaciones una vez más.
Gwen se acercó a Darrel con los ojos llenos de admiración y le dijo: "¡No sabía que bailabas tan bien! Eres increíble". Darrel sonrió tímidamente y admitió que había descubierto su amor por el ballet mientras observaba a Gwen practicar cantar. A partir de ese día, las dos amigas aprendieron una valiosa lección.
Gwen comprendió que todos tienen talentos únicos y especiales, incluso aquellos a quienes menos esperamos. Y Darrel aprendió que ser mala no la hacía feliz ni le permitía descubrir sus verdaderos intereses.
Desde entonces, Gwen y Darrel se convirtieron en grandes amigas inseparables. Juntas exploraron sus talentos, ayudándose mutuamente a crecer y aprender cosas nuevas cada día. La moraleja de esta historia es que nunca debemos juzgar a las personas por lo que parecen ser en el exterior.
Todos tenemos dones ocultos esperando ser descubiertos si nos damos la oportunidad de explorarlos.
Así como Gwen y Darrel encontraron su pasión en la música y el ballet respectivamente, tú también puedes encontrar tu propio camino hacia el éxito si te atreves a soñar e intentarlo con determinación.
FIN.