¡Despierta y triunfa, Melly!



Había una vez una niña llamada Melly que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Melly era una niña muy inteligente y siempre se esforzaba por hacer todas sus tareas escolares.

Sin embargo, tenía un problema: era extremadamente dormilona. Todas las noches, cuando llegaba a casa después de la escuela, Melly se sentaba en su escritorio para hacer sus deberes. Pero cada vez que comenzaba a trabajar en ellos, el sueño la invadía y terminaba durmiéndose profundamente.

Al día siguiente, cuando llevaba sus tareas incompletas al colegio, su maestro le llamaba mucho la atención y hasta la castigaba. Pero lo peor de todo era que nadie entendía por qué Melly dormía tanto mientras hacía sus deberes.

Un día, cansada de ser regañada sin entender el motivo detrás de su somnolencia constante, Melly decidió investigar qué estaba pasando con ella. Decidió preguntarle a su abuelita si había alguna razón para su excesivo sueño durante las noches.

"Abuelita" , le dijo Melly con curiosidad, "¿por qué me duermo tan rápido cuando hago mis tareas?"La abuelita sonrió y acarició suavemente el cabello de Melly antes de responder:"Melly querida, puede ser que estés sobrecargando tu cerebro con demasiadas actividades durante el día.

Tu mente necesita descanso para poder procesar toda la información que recibes". Las palabras de la abuelita resonaron en los oídos de Melly como una melodía tranquilizadora. Finalmente tenía una explicación para su problema.

Decidida a encontrar una solución, Melly decidió hacer algunos cambios en su rutina diaria. Comenzó por organizar mejor su tiempo y distribuir sus actividades de manera más equilibrada.

También se dio cuenta de que necesitaba descansar adecuadamente durante la noche para no sentir tanto sueño al día siguiente. Con el paso del tiempo, Melly notó cómo su somnolencia disminuía cada vez más. Ahora podía dedicarse plenamente a sus tareas sin quedarse dormida en medio de ellas.

Cuando llegó el momento de entregar sus deberes escolares, Melly estaba segura de haber hecho un excelente trabajo. Estaba emocionada por mostrarle a su maestro todo lo que había aprendido y demostrarle que podía superar cualquier obstáculo.

Al ver las tareas completas y bien hechas, el maestro quedó sorprendido y le preguntó a Melly qué había cambiado para lograrlo. Ella le explicó sobre la importancia de organizar su tiempo y descansar adecuadamente para mantenerse despierta mientras hacía sus deberes.

El maestro admiraba la determinación y disciplina de Melly, así como su capacidad para enfrentar los desafíos y aprender de ellos. A partir de ese día, el maestro se convirtió en un gran apoyo para ella y siempre la motivaba a seguir esforzándose.

Melly aprendió una valiosa lección: que no importa cuántas dificultades encuentres en el camino, siempre hay una solución si te esfuerzas y buscas ayuda cuando la necesitas.

Y así fue como Melly dejó atrás sus problemas con el sueño gracias a su voluntad y perseverancia. Se convirtió en una niña más organizada, capaz de enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

Desde ese día, Melly siempre recordó el consejo de su abuelita y lo aplicó en todas las áreas de su vida. Nunca dejó que los obstáculos la detuvieran y siempre supo encontrar la manera de superarlos.

Y así, con cada sueño cumplido y cada meta alcanzada, Melly demostraba al mundo que no importa cuán dormilona seas, siempre puedes lograr tus objetivos si te esfuerzas y crees en ti mismo.

FIN.

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