Día de diversión en familia



Había una vez una familia muy unida compuesta por mamá, papá, dos hijos y una hija. Vivían en una pequeña casa en las afueras de la ciudad, rodeados de naturaleza y alegría.

Un día, los padres decidieron llevar a sus tres hijos a un parque de diversiones para pasar un día diferente y divertido juntos. Los niños estaban emocionados y no podían esperar para subirse a todas las atracciones.

Al llegar al parque, lo primero que vieron fue una montaña rusa enorme que daba vueltas y más vueltas a gran velocidad. Los dos hijos varones se miraron emocionados y le pidieron a su padre que los llevara a montarla.

- ¡Papá, por favor! ¡Queremos subirnos a la montaña rusa! - exclamaron los chicos emocionados. El padre sonrió y asintió con la cabeza. Subieron todos juntos a la atracción y gritaron de emoción mientras daban vueltas por las alturas.

La hija menor miraba desde abajo con cierta aprensión, pero su mamá le dio ánimos. - No te preocupes, cariño. Cuando seas un poco más grande también podrás subirte - le dijo amorosamente.

Después de disfrutar de todas las atracciones del parque, la familia decidió descansar en el césped bajo la sombra de un árbol. Fue entonces cuando notaron que faltaba algo importante: el almuerzo. - ¡Oh no! Olvidamos traer comida - exclamó mamá con pesar. Pero el hijo mayor tuvo una idea brillante.

- ¡No se preocupen! Yo sé pescar en el lago del parque. Podemos tener pescado fresco para almorzar - dijo con entusiasmo.

Así que todos se dirigieron al lago cercano donde el hijo mayor demostró sus habilidades como pescador y logró capturar varios peces. Mamá los cocinó en una fogata improvisada mientras papá preparaba unas verduras asadas al lado. Fue un almuerzo sencillo pero delicioso, compartido entre risas y anécdotas familiares.

Después de comer, decidieron dar un paseo por el bosque cercano hasta llegar a una cascada escondida que les dejó maravillados por su belleza.

Mientras observaban maravillados la cascada, la hija menor tomó la mano de su hermano mayor y le dijo:- Gracias por enseñarme tantas cosas hoy. Me encanta nuestra familia. El hermano sonrió y le dio un abrazo protector mientras respondía:- Siempre estaremos juntos para cuidarnos unos a otros, eso es lo más importante.

Y así, entre risas, juegos y momentos especiales en familia transcurrió ese día inolvidable en el parque de diversiones. Porque lo más valioso en la vida siempre será el amor y compañerismo entre seres queridos.

FIN.

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