Día de la Independencia


Había una vez en un hermoso pueblo llamado Buenos Aires, un grupo de amigos que se llamaban María, Juan, Martina y Tomás. Ellos estaban muy emocionados porque se acercaba un día muy especial, el 9 de julio, día en que se celebra la Independencia de Argentina.

- ¡Hola, amigos! ¿Sabían que el 9 de julio es un día muy importante para nuestro país? - dijo la maestra Ana.

- Sí, la Independencia de Argentina. ¡Es genial! - exclamó Juan.

La maestra Ana les contó a los niños la historia de cómo Argentina luchó por su libertad del dominio español. Los niños escuchaban atentos y emocionados por conocer más sobre su país.

- Pero, ¿cómo podemos celebrar este día tan especial? - preguntó Martina.

- Podemos hacer una bandera argentina con papel y pinturas y colocarla en nuestro salón para recordar la valentía de aquellos que lucharon por nuestra libertad - sugirió la maestra Ana.

Los niños se pusieron manos a la obra y juntos pintaron una hermosa bandera con los colores celeste y blanco. Estaban muy contentos con su creación.

- ¿Y qué más podemos hacer? - preguntó María.

- Podemos preparar una obra de teatro sobre la Independencia, donde cada uno de ustedes represente a un personaje importante de esa época - propuso la maestra Ana.

Los niños se entusiasmaron mucho con la idea y juntos prepararon la obra. Juan hizo de Manuel Belgrano, Martina de Juana Azurduy, María de José de San Martín y Tomás de Mariano Moreno. Fue una obra espectacular que todos disfrutaron mucho.

Al terminar la obra, la maestra Ana les regaló a cada uno una escarapela y les dijo:

- La escarapela es un símbolo de nuestra patria, un recordatorio de nuestra libertad. Llévenla con orgullo.

Los niños se despidieron felices y orgullosos de su país. El 9 de julio había sido un día lleno de aprendizaje, emoción y celebración de la Independencia de Argentina.

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