Diana y la Competencia de Baile



En un pequeño pueblo llamado Alegría, vivía una niña llamada Diana. Desde muy pequeña, Diana sentía una gran pasión por el baile. Todos los días, después de hacer sus deberes, se ponía su falda de colores y practicaba en su habitación, mientras su música favorita sonaba a todo volumen.

Un día, mientras estaba en el parque, escuchó un bullicio que provenía de la plaza central. Se acercó y vio un cartel enorme que decía: "¡Gran Competencia de Baile de Alegría! ¡Inscripciones abiertas!". Los ojos de Diana brillaron al ver eso. "¡Esto es lo que he estado esperando!"- pensó emocionada.

Cuando llegó a casa, no podía evitar compartir su felicidad con su mejor amiga, Sofía.

"Sofía, ¡hay una competencia de baile en la plaza!"- exclamó Diana.

"¡Eso suena genial! ¿Vas a participar?"- preguntó Sofía con entusiasmo.

"Sí, pero... no sé si soy lo suficientemente buena. Todos los demás bailan tan bien..."- respondió Diana, dudando de sus habilidades.

Sofía la miró con seriedad. "Diana, el baile no es solo sobre ser la mejor. Se trata de disfrutar y expresarte. ¡Tienes que inscribirte!"-

Entonces, Diana decidió que lo intentaría y se inscribió en la competencia. Cada día, después de la escuela, se esforzaba más, pero a medida que se acercaba la fecha, sus nervios crecían. Se preguntaba si realmente podría hacerlo.

Una tarde, mientras practicaba en el parque, un grupo de chicos pasó junto a ella y comenzaron a reírse. "Mirá a la chica que baila sola, ¡qué gracioso!"- se burlaron. Diana se quedó paralizada por un momento, sintiendo que su confianza se desmoronaba.

Al regresar a casa, se miró en el espejo y pensó en rendirse. "Quizás no debería participar..."-

Pero Sofía llegó justo a tiempo. "¡Hola, Diana! ¿Cómo va la práctica?"-

"No sé, Sofía. Creo que todos se están riendo de mí. Quizás soy una tonta por querer bailar..."-

Sofía se sentó a su lado. "Escuchame, Diana. Cuando bailás, te convertís en lo que realmente sos: una artista. La gente puede no entenderlo, pero eso no importa. ¡Lo importante es que lo hacés porque te encanta!"-

Eso hizo que Diana se sintiera un poco mejor. Recordó todas las horas que había pasado bailando en su habitación. Decidió, a pesar de sus miedos, dar lo mejor de sí misma.

El día de la competencia llegó. La plaza estaba llena de personas. Veía bailar a muchos chicos y chicas, todos con mucha experiencia. Cuando finalmente fue su turno, su corazón latía fuerte.

"¡Sé tú misma, Diana!"- se dijo a sí misma mientras subía al escenario. Cuando comenzó a sonar la música, cerró los ojos y dejó que el ritmo la llevará. Se movía libremente, disfrutaba cada paso, cada giro. A pesar de los nervios, se olvidó de las risas y del miedo.

Al terminar su presentación, la multitud estalló en aplausos. Diana abrió los ojos y sonrió. Había dado lo mejor de sí, y eso era lo que importaba.

Luego de las actuaciones, el jurado deliberó y anunció a los ganadores. La tensión se podía sentir en el aire. "Y el primer lugar es para… ¡Diana!"- gritó el presentador. Diana no podía creerlo. Se subió al escenario y recibió su medalla mientras todos la aplaudían.

"Gracias a todos, y especialmente a mi amiga Sofía. Sin ella, no habría tenido el valor de subir aquí"- dijo Diana, sonriendo y levantando su medalla con orgullo.

A partir de ese día, Diana nunca dejó de bailar. Y se dio cuenta que lo más importante no era ganar, sino sentir la alegría que le daba moverse y compartir su pasión con los demás. Cada vez que bailaba, llenaba de alegría el corazón de todos a su alrededor.

FIN.

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