Diego y el bosque encantado
Diego era un niño aventurero que un día decidió adentrarse en el misterioso bosque cercano a su casa. Emocionado por descubrir sus secretos, se internó cada vez más en el espeso bosque hasta que, distraído por un pájaro cantor, se alejó tanto que terminó perdiéndose por completo.
Desesperado, Diego comenzó a llamar a su mamá, pero el bosque devolvía solo sus propios ecos. Comenzó a ponerse nervioso y asustado, hasta que de repente un conejito saltarín se cruzó en su camino. "¿Estás perdido, niño?", preguntó el conejito con amabilidad.
Diego asintió con temor, y el conejito, sin dudarlo, ofreció su ayuda. Junto a un grupo de animales del bosque, formaron un pequeño equipo de rescate. Un astuto zorro trazó un mapa en el suelo con palitos y hojas, mientras que un sabio búho ofreció su consejo para orientarse. "Sigue la estrella del norte y llegarás a casa", dijo el búho con calma.
Con renovada esperanza, Diego siguió las indicaciones de sus nuevos amigos animales. Por el camino, se encontraron con desafíos como un río caudaloso que atravesar y un laberinto de espinas espinosas. Pero con ingenio, valentía y la ayuda de los animales del bosque, lograron superar cada obstáculo.
Finalmente, después de una larga travesía, Diego divisó la luz de su hogar entre los árboles. Con lágrimas de alegría en los ojos, agradeció a sus amigos animales por toda su ayuda. El conejito, el zorro, el búho y los demás animales le desearon suerte y le recordaron que siempre serían sus amigos.
Al llegar a casa, Diego abrazó a su mamá con fuerza, agradecido por todo lo que había aprendido en su aventura. Nunca más se volvió a perder en el bosque, pero cada vez que lo visitaba, recordaba con cariño a sus amigos animales y las lecciones que le habían enseñado.
FIN.