Diego y el poder de la diferencia



Diego era un niño bajito y amable que asistía a la escuela primaria en un pequeño pueblo. Desde hacía un tiempo, algunos compañeros de su clase se burlaban de él por ser más bajo que los demás.

Esto lo ponía muy triste, y cada día le costaba más levantarse para ir a la escuela. Una mañana, mientras estaba sentado en su pupitre, escuchó risas detrás suyo.

Al darse vuelta, vio a algunos chicos lanzándole bolas de papel y riéndose de él. Diego se sintió tan avergonzado y molesto que las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.

Sin embargo, algo extraordinario sucedió en ese momento: al extender la mano para secar sus lágrimas, notó que las bolas de papel volvían mágicamente hacia él. Los compañeros quedaron atónitos al ver cómo las bolas de papel regresaban una por una a las manos de Diego sin explicación alguna.

"-¡¿Qué está pasando? ! ¡Es imposible!" -exclamó uno de los chicos incrédulo. Diego no podía creerlo tampoco, pero algo dentro suyo le decía que tenía poderes especiales. Decidió poner a prueba sus nuevos poderes sobrenaturales reagarrando todas las bolas de papel del salón con facilidad asombrosa.

Los niños observaban maravillados e incluso un poco asustados por lo que estaban presenciando. "-¡Esto es increíble! ¿Cómo lo haces?" -preguntó otro compañero curioso. Diego sonrió tímidamente y les dijo: "-No lo sé...

pero creo que puedo hacer cosas sorprendentes cuando me siento seguro y confiado en mí mismo. " Los chicos se miraron entre ellos con admiración y respeto hacia Diego.

A partir de ese día, Diego comenzó a aceptar sus diferencias con orgullo y seguridad. Ya no le importaba tanto lo que pensaran los demás sobre su estatura porque había descubierto el valor especial que tenía dentro suyo.

Con el paso del tiempo, esos mismos compañeros que solían molestarlo se convirtieron en sus amigos más cercanos, aprendiendo juntos sobre la importancia del respeto y la aceptación hacia todos sin importar sus diferencias. Y así, Diego entendió que ser diferente no era un defecto sino una cualidad única que lo hacía especial.

Con sus poderes sobrenaturales como recordatorio constante de su valía interior, vivió felizmente sabiendo que siempre podría enfrentar cualquier desafío con determinación y bondad en su corazón.

FIN.

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