Dina la soñadora

Dina era una niña muy especial, siempre tenía la cabeza en las nubes y pasaba horas soñando despierta.

A menudo, la gente la miraba con extrañeza y le decía que dejara de fantasear y que pusiera los pies en la tierra. Pero Dina no podía evitarlo, su imaginación volaba alto y le traía las ideas más maravillosas. Un día, en la escuela, la maestra les pidió a los alumnos que escribieran sobre lo que querían ser de grandes.

- ¿Y tú, Dina? ¿Qué quieres ser? - le preguntó la maestra.

Dina se puso de pie frente a toda la clase y dijo con firmeza: - Yo quiero ser una inventora, crear cosas nuevas que ayuden a las personas y al planeta. La maestra sonrió y le dijo que era un sueño muy bonito, pero que debía ser realista. Dina se sintió desanimada, pero en su interior sabía que podía hacerlo.

Decidió no rendirse y trabajar día a día en su sueño. Comenzó a leer libros de ciencia, a investigar en internet y a experimentar en su casa. Su habitación se convirtió en un laboratorio de ideas donde todo era posible.

Un día, en una feria de ciencias, Dina presentó su invento: un robot reciclador capaz de limpiar los océanos. Todos quedaron asombrados por su creatividad y determinación. Dina había convertido su sueño en realidad. A partir de ese día, todos en la escuela la llamaron 'Dina la soñadora, la inventora'.

Y Dina supo que no había límites para sus sueños, que con esfuerzo y dedicación podía llevar a cabo todo lo que se proponía.