Dino Dietas Divergentes



En un bosque muy lejano vivían dos hermanos dinosaurios: El Figri y Machuchi.

Figri era un dinosaurio glotón que adoraba comer dulces y chatarra, mientras que Machuchi era más cuidadoso con lo que comía y siempre buscaba tener una alimentación balanceada. Un día soleado, Figri estaba devorando una enorme bolsa de caramelos cuando su hermano se acercó preocupado. "Figri, eso no es bueno para ti.

Deberías comer más verduras y frutas para mantenerte saludable", le dijo Machuchi con tono serio. "¡No me gustan las verduras ni las frutas! Solo quiero seguir comiendo mis dulces favoritos", respondió Figri con la boca llena de golosinas.

Machuchi suspiró y decidió explicarle a su hermano los peligros de tener una mala alimentación. Le contó sobre cómo los excesos de azúcar podían afectar su salud, provocar problemas en el estómago e incluso causar enfermedades graves. "Pero si solo como cosas deliciosas, ¿cómo podría enfermarme?", preguntó Figri sin mucha convicción.

Machuchi decidió llevar a su hermano a dar un paseo por el bosque para mostrarle la importancia de una dieta equilibrada. Mientras caminaban, vieron a otros animales disfrutando de frutas jugosas y vegetales frescos.

Los pájaros cantaban alegremente y los conejos saltaban felices entre las hierbas verdes. "¿Ves cómo todos estos animales se alimentan bien? Así es como mantienen su energía y vitalidad para jugar y explorar el bosque", señaló Machuchi con una sonrisa.

Figri comenzó a reflexionar sobre lo que había visto y escuchado ese día. Se dio cuenta de que tal vez debía cambiar sus hábitos alimenticios si quería estar fuerte y sano como los demás animales del bosque.

Decidió probar algunas frutas que le ofreció Machuchi, sorprendiéndose gratamente al descubrir lo sabrosas que eran. Poco a poco, fue incorporando alimentos más saludables en su dieta, sin dejar por completo sus dulces favoritos pero consumiéndolos con moderación.

Con el tiempo, Figri notó cómo se sentía con más energía para jugar y explorar junto a su hermano. Ya no tenía dolores de estómago ni malestares porque había aprendido la importancia de una alimentación balanceada. "Gracias por enseñarme a cuidar mi cuerpo, Machuchi.

Ahora sé que puedo disfrutar tanto de los dulces como de las verduras sin dañarme", expresó Figri con gratitud hacia su hermano.

Los dos dinosaurios siguieron recorriendo el bosque juntos, compartiendo aventuras y risas mientras disfrutaban de una vida saludable y equilibrada gracias al aprendizaje que habían compartido ese día. Y así, El Figri el dinosaurio glotón aprendió la importancia de cuidarse por dentro para sentirse bien por fuera junto a su fiel compañero Machuchi en aquel maravilloso bosque lleno de enseñanzas.

FIN.

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