Dino, el rey del ritmo en la selva
Había una vez en la selva un dinosaurio muy especial llamado Dino, a quien le encantaba bailar.
Mientras los demás dinosaurios caminaban por la selva con sus pasos pesados, Dino se movía al ritmo de la música que solo él podía escuchar. Un día, mientras Dino bailaba feliz bajo el sol, un grupo de dinosaurios se acercó a burlarse de él.
"¡Mira a ese dino tonto bailando como si fuera un pájaro!", se reían sin comprender su amor por el baile. Dino sintió su corazón apretado por las risas y los comentarios hirientes, pero decidió no rendirse y seguir bailando con más fuerza que nunca.
Con cada paso y cada movimiento, demostraba que no importaba lo que dijeran los demás, él era feliz haciéndolo. Un día, cuando una tormenta azotó la selva y todos los dinosaurios estaban asustados y confundidos, Dino comenzó a bailar para calmar sus miedos.
Su baile era tan hermoso y reconfortante que poco a poco, los demás dinosaurios se fueron uniendo a él hasta formar un círculo de danza bajo la lluvia.
"¡Gracias por enseñarnos que el baile puede ser una forma de expresar nuestras emociones y unirnos en momentos difíciles!", exclamaron los otros dinosaurios con gratitud en sus ojos.
Desde ese día, Dino se convirtió en el líder de la tribu gracias a su valentía para ser diferente y demostrarles a todos que el amor por el baile podía cambiar sus vidas para siempre. Juntos aprendieron a aceptar las diferencias y a celebrar la diversidad entre ellos.
Y así, Dino demostró al mundo que no importa cuán grande o pequeño seas, cuán diferente te sientas o cuántas críticas recibas; siempre puedes brillar siendo fiel a ti mismo y compartiendo tu luz con los demás a través del arte y la alegría del baile.
FIN.